Los animales carroñeros son los que se alimentan de carne de animales muertos en estado de descomposición, y cumplen por ello una función de gran importancia en los ecosistemas al eliminar restos orgánicos y contribuir a su reciclaje. Lamentablemente, conocer cómo y cuánta carroña consumen los animales no es sencillo. A pesar de la creciente evidencia científica sobre la importancia de la carroña en la ecología y evolución de muchos vertebrados, muchas especies no han sido catalogadas como carroñeras. De hecho, un estudio recientemente publicado en la revista científica Global Ecology and Biogeography ha demostrado que los trabajos tradicionales sobre la alimentación de la fauna silvestre tienden a infravalorar el papel que juega la carroña como recurso trófico.
El estudio, liderado por investigadores de la Universidad de Alicante (UA), ha contado con la colaboración de científicos de la Universidad de Granada, la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC) y el Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio) del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM), parte de la utilización de una gran base de datos de información de campo obtenida a partir de cámaras de fototrampeo en diferentes partes del planeta. Esto ha permitido caracterizar los hábitos de consumo de carroña a nivel mundial de mamíferos como zorros, jabalís o garduñas, pero también aves como los cuervos, urracas, águilas y algunos reptiles, principalmente de Australia y Sudamérica.
“En este trabajo advertimos sobre cómo la literatura científica ha subestimado el papel de los vertebrados como carroñeros, identificando los rasgos ecológicos que caracterizan a aquellas especies que podrían haber pasado especialmente desapercibidas”, apunta Esther Sebastián, la investigadora de la Universidad de Alicante que lidera el estudio.
En este contexto, el equipo de trabajo ha analizado la base de datos más grande disponible sobre patrones de carroña de vertebrados, así como casi un millar de estudios de dieta sobre 156 especies de carroñeros y ha consultado una de las bases de datos más completas sobre dietas de aves y mamíferos, la conocida como Elton Traits.
Tras este minucioso análisis, “para cada una de estas especies hemos calculado su grado de carroñero, es decir, la proporción de cadáveres en los que se detecta que la especie consume carroña y relacionamos sus características ecológicas con la probabilidad de ser identificados como carroñeros en estudios de dieta y en la base de datos de Elton Traits”, explica Esther Sebastián. Según los datos obtenidos, a más de la mitad de las especies identificadas como carroñeras en los cadáveres monitoreados no se les asignó carroña como fuente de alimento en sus estudios de dieta ni en la base de datos de Elton Traits.
Los resultados de este estudio indican claramente una subestima del papel del carroñero en las redes tróficas de vertebrados. Dado que el reciclaje de nutrientes es fundamental para el funcionamiento de los ecosistemas, es necesario un mayor reconocimiento e investigación del papel de la carroña como fuente de alimento para los vertebrados, especialmente para las especies no depredadoras y los mamíferos.