La Asociación Mundial Veterinaria (WVA) ha publicado un posicionamiento en el que se opone "firmemente" al control internacional de la ketamina, ya que esto podría llevar a que no esté disponible para los veterinarios y médicos para uso clínico.
La ketamina, recuerda la WVA, es un fármaco importante para la anestesia y la inmovilización en medicina veterinaria. Sin embargo, se han presentado propuestas a organizaciones internacionales para restringir su uso situándola como una sustancia catalogada en la Convención de las Naciones Unidas sobre sustancias psicotrópicas de 1971. "Dado que a menudo es el único anestésico inyectable disponible, su uso no debe restringirse como medicamento incluido en listas internacionales", afirma la Asociación Mundial Veterinaria.
En este sentido, la WVA apoya la decisión del Comité de Expertos en Farmacodependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que evaluó críticamente la ketamina en 2006, 2012, 2014 y 2015 y recomendó que no se someta a control internacional. El Comité de la OMS concluyó que el abuso de ketamina no representa una amenaza para la salud pública mundial, mientras que la restricción internacional podría limitar el acceso a un importante agente anestésico e inmovilizador.
La WVA es consciente de los posibles problemas de salud pública causados por el uso ilícito de ketamina; sin embargo, también argumenta que el impacto de una disponibilidad reducida perjudicaría significativamente el bienestar humano y animal. La WVA reconoce que algunos países pueden optar por limitar el uso de ketamina a profesionales autorizados o registrados, como veterinarios y médicos.