El Juzgado de Instrucción 1 de Valladolid ha archivado finalmente un caso de presunto intrusismo profesional en una clínica veterinaria de la provincia. La denuncia se presentó a raíz de la sospecha de que un matrimonio propietario de la clínica estaba realizando labores de veterinaria sin tener la titulación requerida.
La investigación ha revelado que la persona investigada estaba en proceso de adecuar su formación a la titulación española como veterinaria y había contratado a sucesivos titulados para supervisar y realizar tareas propias de la profesión veterinaria en la clínica.
La denuncia se produjo cuando se rompió la relación laboral con una de las personas contratadas en la clínica, quien presentó una queja ante el Colegio de Veterinarios de Valladolid. Sin embargo, tras una revisión de las diligencias realizadas, el juzgado concluyó que no había pruebas suficientes para sostener los indicios de intrusismo profesional.
El Colegio de Veterinarios de Valladolid había informado a la Guardia Civil sobre la posibilidad de que se estuviera cometiendo el presunto delito en la clínica, ya que los propietarios carecían de una titulación habilitante y habían presentado un título que no estaba reconocido en España.
El Juzgado ha considerado que no se había debidamente justificado la perpetración del delito de intrusismo profesional y decretó el sobreseimiento provisional del caso.