La Organización Colegial Veterinaria (OCV) ha querido apoyar a los agricultores y ganaderos, que "son el primer eslabón y una figura imprescindible de la cadena alimentaria" y que "junto a otros profesionales, garantizan el abastecimiento de alimentos sanos, seguros y de calidad a toda la sociedad".
Desde la OCV apoyamos a nuestros agricultores y ganaderos.
— OCV España (@ocvespana) February 9, 2024
Son el primer eslabón y una figura imprescindible de la cadena alimentaria.
Ellos, junto a otros profesionales, garantizan el abastecimiento de alimentos sanos, seguros y de calidad a toda la sociedad. pic.twitter.com/S72vUJfqXf
Tal y como puede leerse en su cuenta de X, la OCV afirma que es preciso "lograr la sostenibilidad económica y ambiental de la actividad agropecuaria, esencial en el medio rural, desde una visión amplia que aúne sanidad animal, seguridad alimentaria y salud pública".
No ha sido esta la única voz que en las últimas horas se ha dejado oír para mostrar su apoyo al mundo rural. Desde la Asociación Catalana de Productores de Porcino (Porcat), su director, el veterinario Ricard Parés, recordaba que la asociación comparte las inquietudes que están expresando los campesinos movilizados en Cataluña, España y Europa, sobre todo en lo que se refiere a la excesiva burocracia que les imponen tanto las administraciones catalana como la europea, y en cuanto al escaso conocimiento que el mundo urbano tiene del mundo rural. "Los ganaderos también están siendo castigados tanto por la normativa de Bruselas como de Cataluña, y muy especialmente por los trámites y altas exigencias medioambientales y de bienestar animal que están obligados a cumplir", afirma Ricard Parés.
“Nos quejamos de que vivimos en un mundo muy alejado de la realidad rural, no sólo estrictamente de cómo funcionan las granjas, que también, sino de la importancia social que tienen”, explica Parés. “Catalunya es un país cárnico y si no ayudamos a estos dos mundos, el rural y el ganadero, podemos ver cómo desaparecen muchas de estas granjas y cómo muchos campesinos dejan el campo, quedan en manos de terceros países cuyos productos no cumplen las altas exigencias europeas de que los ganaderos y agricultores catalanes, españoles y europeos en general sí estamos obligados a cumplir”. Esta lejanía del mundo urbano respecto a lo rural ha hecho que la sociedad urbana tenga una imagen sesgada del mundo campesino y ganadero. La población, ahora eminentemente urbana, "tiene una mala imagen del mundo ganadero que no se corresponde a la realidad", añade Parés.