Rusia acaba de enviar su décimo informe de seguimiento de la peste porcina africana a la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) desde que se detectó la enfermedad en su territorio, el 26 de septiembre pasado. El virus saltó a Rusia desde los focos de Georgia (que se iniciaron en 2007), que aparecieron debido al consumo por parte de los porcinos georgianos de derivados cárnicos de origen africano infectados.
De Georgia el virus pasó a Armenia, Azerbaiyán y Rusia y la situación se ha complicado más si cabe porque también se han infectados los porcinos silvestres. Si la expansión de la enfermedad continúa se puede ver comprometida la producción porcina de Ucrania, Moldavia, Rumanía, Hungría, Eslovaquia, Polonia y Bielorrusia.