Un nuevo sistema electrónico permitirá seguir la trazabilidad de la carne de ovino de Castilla y León, que se venderá en las carnicerías etiquetado con los datos de origen del animal para luchar contra la competencia desleal e informar con toda fidelidad al consumidor en el momento de la compra.
El 17 de diciembre han salido del matadero de Palencia los primeros lechazos con carné de identidad, mediante el que se podrá identificar su procedencia raza y criador.
Se trata del sistema de trazabilidad de la carne de ovino de Castilla y León, un proyecto piloto que ha puesto en marcha la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, y que hoy ha dado sus primeros pasos.
Con este sistema se pretende dar respuesta a una demanda continua de los ganaderos para "poder distinguir los lechazos de Castilla y León de los de otros países, como los de Francia que entran en estas fechas a precios mas bajos lo que hace hundir los mercados", ha explicado el director general de Producción Agropecuaria de la Junta de Castilla y León, Baudilio Fernández-Mardomingo.
Pero además se ofrece al consumidor final una información con la que antes no contaba, cuando y donde ha nacido el lechazo que está comprando, en que explotación, en que provincia, a que raza pertenece y en que matadero ha sido sacrificado.
Así a partir de ahora el consumidor sabrá exactamente el producto que está comprando, de donde procede y la autenticidad de su raza con absoluta seguridad y podrá elegir sin confundir "churras con merinas", ha apuntado Fernández-Mardomingo.
La Junta ha destinado 350.000 euros a este proyecto piloto en el que participan 160 ganaderías de Castilla y León, y que a partir de enero estará abierto a todos los ganaderos de ovino de la comunidad que quieran añadir "un plus" a su producto.
Los 2.500 ganaderos de ovino en Castilla y León, que suman tres millones y medio de cabezas de ganado ovino en Castilla y León, así como los mataderos, operadores de lechazos y transportistas pueden apuntarse voluntariamente a este novedoso sistema electrónico.
"Se trata de que todos ganemos, el consumidor y el ganadero", ha apuntado Teodoro López, secretario de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino de Raza Churra (ANCHE), elegida por la Junta de Castilla y León para poner en marcha este proyecto.
"El ganadero sale ganando porque no va a tener competencia desleal de otros productores y el consumidor podrá comprar un producto con todas las garantías de origen, procedencia y raza", ha insistido Teodoro López.
Los lechazos se identifican electrónicamente en el momento del nacimiento, traslado y sacrificio a través de un microchip que se implanta en la oreja del animal.