Si hay muchas hojas creciendo al alcance de la lengua del bovino en pasto, se necesita menos tiempo y menos tierra para mantener la producción, según científicos del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) y la organización Dairy NZ (Sector Lechero de Nueva Zelanda).
Los ganaderos podrán tomar decisiones sobre la duración de pastoreo del ganado bovino en un pastizal, y el tamaño del mismo, basadas en la altura de las plantas y la cantidad de hojas que tienen. Así lo ha afirmado Stacey Gunter, responsable de la Estación de Investigación de Tierras de Pasto de las Llanuras Sureñas, mantenida por el ARS en Woodward (Oklahoma). Gunter ha llevado a cabo su estudio con el investigador asociado Pablo Gregorini y otros colegas en Woodward, y ha utilizado bueyes en corredores cerrados de pastizales de trigo en su trabajo de campo.
Los pastizales se escogieron para representar una gama de variaciones naturales en la altura de plantas y su cantidad de hojas. Los bueyes pastaron libremente en los corredores y se trasladaron cuando llegaron al final del corredor, sin tener en cuenta la cantidad de tiempo en que terminaban de pastar en cada parcela. Durante el pastoreo, los investigadores grabaron en video los bueyes y dos observadores anotaron el número de bocados y los pasos dados por cada animal.
La mayoría de los estudios del comportamiento de pastoreo se realizan en "plantaciones artificiales"–es decir, pastizales especialmente sembrados– o en parcelas pequeñas y bastante uniformes. Para proveer las mejores recomendaciones a los rancheros, Gunter y Gregorini integraron estudios del tipo estándar con estos estudios de condiciones realistas de pastizales, que son significativamente menos uniformes.
La diferencia la marca el acceso más o menos sencillo al forraje
Además del sabor y el nivel de nutrición de las hojas grandes, los bovinos prefieren un fácil acceso al forraje, con hojas altas en las plantas y un mínimo de injerencia por los tallos mientras los animales usan la lengua para rodear y quitar las hojas. Cuando había un dosel abundante de hojas, los bovinos tomaron bocados más grandes y pudieron adquirir sus raciones diarias con menos gasto calórico.
El resultado era más eficiencia de consumo. Gunter y Gregorini midieron la eficiencia de consumo dividiendo la cantidad total de plantas consumidas por cada buey por la duración de pastoreo. Este cálculo es la tasa de consumo de pasto, la cual es un determinante clave del aumento de peso en los bovinos en pastoreo.