El Ejecutivo comunitario ha publicado los informes de las últimas inspecciones que la Oficina Veterinaria Europea realizó en Brasil, una para examinar las medidas de ese país en el caso del ganado bovino contra la enfermedad de la fiebre aftosa y otra, para evaluar la vigilancia en el sector de la carne de porcino.
Brasil es líder mundial en el comercio de carne de bovino y también el primer abastecedor de esta carne de la UE, con importaciones de 117.605 toneladas, según datos de 2009.
Por el contrario, Brasil no vende actualmente carne de cerdo a los 27 países comunitarios, porque en los piensos utiliza un fármaco promotor del crecimiento que no está permitido en la UE, la ractopamina.
En el caso del bovino, las misiones de los expertos de la CE han despertado expectación desde hace dos años, por la campaña de algunos eurodiputados británicos e irlandeses -instigados por sus ganaderos- contra los envíos de Brasil, que incluso llegaron a propiciar que se restringieran los envíos de esa carne.
Tras las últimas inspecciones, efectuadas el pasado mes de octubre, la CE concluye que, en general, las autoridades brasileñas están dando la importancia adecuada a la erradicación y al control de la enfermedad de la fiebre aftosa y que la cobertura de la vacunación de los animales es buena.
Aunque la CE detectó en su última misión algunas "carencias" sobre el control de la aftosa, estima que esas deficiencias no suponen un riesgo para las exportaciones de carne de vacuno a la UE.
Brasil sólo puede enviar carne de bovino al mercado comunitario si procede de una lista de establecimientos autorizados.
Según el informe, Brasil está aplicando medidas adicionales para evitar el peligro en las partidas de carne que van a la UE.
Por este motivo, "la UE va a mantener sin cambios la importación de vacuno de Brasil", según ha subrayado una fuente comunitaria.
El caso de la carne de porcino es diferente y según la última inspección de la CE, el sistema de vigilancia de estos productos no es suficiente.
En su misión, los expertos comunitarios detectaron deficiencias en aspectos como la identificación de los cerdos y su seguimiento en todas las fases de la cadena alimentaria, como por ejemplo en los mataderos.
La CE señala que aunque, en general, los controles sanitarios son buenos esto no basta, porque Brasil no puede asegurar que sus exportaciones de carne fresca de porcino a la UE proceden de cerdos "libres" de haber consumido la ractopamina.
Bruselas insiste en que Brasil no podrá tener la autorización para enviar su porcino al mercado comunitario hasta que los servicios de la CE confirmen una aplicación "satisfactoria" de un plan de acción por parte de las autoridades del país que dé las garantías suficientes, en ese sentido.