"Estamos en una situación en la que es imposible detener la propagación", advirtió el gobernador de Miyazaki, Hideo Higashikokubaru, antes de alertar de que el riesgo de que la infección se extienda al resto del país "es innegable".
Según datos oficiales, se han detectado indicios de la enfermedad en al menos 126 granjas de ganado vacuno y porcino de Miyazaki, donde más de 114.000 animales han tenido que ser sacrificados.
Además, el Gobierno nipón admitió errores a la hora de afrontar el brote, tras conocerse que las autoridades locales pasaron por alto la infección durante la inspección de una de las granjas a finales de marzo.
Las autoridades veterinarias niponas confirmaron a principios de abril un brote de tipo "O" del virus de la fiebre aftosa, el más común actualmente en Asia, en donde la enfermedad es endémica.
Los funcionarios que realizaban las inspecciones, sin embargo, han sido acusados de excesiva lentitud a la hora de llevar a cabo los análisis en los animales con síntomas de la enfermedad, lo que habría propiciado la propagación del virus.
"Si se hubieran tomado medidas en marzo, la infección podría no haberse extendido hasta este punto", afirmó Yoshitaka Goto, profesor en la Universidad de Miyazaki.
El primer ministro nipón, Yukio Hatoyama, admitió hoy que se han podido producir "algunos problemas", pero aseguró que el Gobierno "trabajará unido para evitar una mayor propagación de la infección".
La fiebre aftosa es una enfermedad muy contagiosa de animales ungulados, como vacas, ovejas, cabras y cerdos.
Provoca fiebre alta y lesiones características en la boca y las patas de los animales y no afecta a los humanos.