La agricultura supone aproximadamente el 9% de las emisiones totales de gases invernadero en Noruega. En la actualidad, se conocen mejores métodos para medir dichos gases y se tienen nuevos conocimientos sobre las causas de las emisiones. En particular, son el metano (del vacuno) y el óxido nitroso (de la tierra y los fertilizantes) los que hacen de la agricultura uno de los principales culpables del cambio climático.
En la Universidad de Ciencias de Noruega se está probando un nuevo sistema que se coloca en las vacas cuando se sacan a pastar, con el objetivo de de cuantificar las descargas reales de gas de los animales y documentar el posible efecto de los distintos aditivos, como los ácidos grasos, sobre las emisiones de metano.
Con el alimento adecuado y otras medidas relacionadas con la alimentación, el equipo de la Universidad de Noruega cree posible reducir las emisiones de metano entre un 10 y un 15%. Ya que el metano supone un gran porcentaje de las emisiones de gases invernadero, una reducción en el mismo sería muy significativa. Respecto al óxido nitroso, no se sabe cuánto se logrará reducir, pero lo que es seguro es que unas buenas prácticas agronómicas son una herramienta efectiva.