El cierre del mercado ruso de los cereales no ha hecho más que acrecentar la ya de por si complicada situación del porcino. A pesar de que no hay peligro de desabastecimiento y que la balanza oferta-demanda de cereales parece estar equilibrada, se ha incrementado el precio de las materias primas de forma notable, principalmente por los movimientos financieros internacionales.