ANAVEPOR 2010 convoca a unos 400 veterinarios de porcino de toda España en la ciudad de Lérida
Las instituciones ilerdenses y las empresas del sector han apoyado decididamente este encuentro
El II Congreso de la Asociación Nacional de Veterinarios de Porcino (ANAVEPOR) ha tenido lugar en Lérida durante los días 24 y 25 de octubre, integrado en una semana en la que se han celebrado numerosos actos relacionados con el sector porcino en la capital ilerdense.
Josep Rierola, presidente de ANAVEPOR, facilitaba una cifra provisional de unos 400 inscritos, y junto con Miquel Collell manifestaba su satisfacción por la repercusión del congreso y el apoyo recibido por el sector porcino.
Han sido día y medio de intenso trabajo que comenzaban el miércoles por la tarde con una serie de talleres prácticos que trataron cuestiones como la realización de necropsias y la interpretación lesional, el problema de las reinfecciones, cómo influye la presentación del pienso en los niveles de ingestión, cuáles son las claves de una adecuada comunicación, la biotecnología seminal o los problemas que nos podemos encontrar cuando utilizamos alimentación líquida.
El mismo miércoles 24, a partir de las nueve de la noche, se celebró el primer Tastapork, que consistió en la elaboración y degustación en directo de platos en los que el cerdo es la parte central. El alcalde de Lérida, Ángel Ros, destacó en la inauguración oficial del congreso ANAVEPOR el día 25 la importancia de este evento gastronómico, ya que según sus palabras la valoración de un producto tiene todo que ver con el aprecio que hace del mismo el consumidor final.
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En primer término, desde la izquierda: Joan Jovellar, Manuel Toledo, Blanca González y Lorenzo Fraile. |
Cómo mejorar la aplicación de medicacionesTras una sesión plenaria que corrió a cargo de la alpinista catalana Araceli Segarra, la primera española que coronó el Everest, y en la que se destacó la importancia del trabajo en equipo para alcanzar cualquier meta, comenzaron las conferencias técnicas.
En la sesión “De la teoría a la práctica. Cómo podemos mejorar los tratamientos que aplicamos”, moderada por Joaquim Segalés, se habló de las claves para llevar a cabo medicaciones inyectables, en agua o en pienso, y las ventajas e inconvenientes de cada vía. La fórmula de la sesión fue muy dinámica: intervenciones de 10 minutos y debate al final con todos los asistentes.
Lorenzo Fraile fue el encargado de explicar las características generales de los antibacterianos y mostró qué debemos saber y cómo deberíamos utilizarlos en teoría, y qué solemos hacer en realidad. En la práctica diaria comentó que sólo tenemos en cuenta el periodo de retirada y el coste, y dejamos en segundo plano cuestiones tan importantes como cuánto pesa de verdad el cerdo que estamos tratando con un inyectable o el control efectivo de la concentración de un fármaco que hemos prescrito en el pienso que comen los animales.
El especialista del CReSA dio una serie de consejos sencillos para mejorar la aplicación de antibacterianos. Por ejemplo, está claro que ante un brote agudo hay que tratar de forma inmediata, pero es una buena idea tomar muestras antes de empezar el tratamiento para asegurarnos de que es el adecuado y, muy importante, para saber qué poblaciones bacterianas están produciendo las patologías en cada granja y no tratar a ciegas la próxima vez.
También hizo hincapié en la necesidad de disponer de una tabla o una curva que nos digan en cada unidad de producción cuánto pesan los cerdos a una determinada edad. Estas tablas de pesos suelen ser bastante exactas y permiten dosificar los fármacos con mayor precisión (y ajustar los costes). Detalles como que las agujas sean del tamaño adecuado o que las medicaciones prescritas se adapten al manejo de la granja también deben tenerse muy en cuenta. Fraile insistió asimismo en que los usos
off-label no son muy recomendables: “No hacer alquimia”, advirtió.
Con los tratamientos en agua de bebida resaltó dos cuestiones: que hay que cubicar el depósito del agua para saber su capacidad real y ajustar la dosis al consumo de agua de los cerdos, que cuando están enfermos beben bastante menos de lo que nos dice la teoría.
Las medicaciones en pienso fueron el tema de la charla de Blanca González, que aseveró que estos tratamientos tienen muchas ventajas si se hacen bien, pero que hay también muchos puntos que solemos pasar por alto o damos por correctos sin comprobarlos. González insistió en la necesidad de que los ganaderos limpien bien los silos antes y después de utilizar piensos medicados, para evitar contaminaciones, y que hagan lo mismo los transportistas con sus camiones. Señaló como básico que todos los eslabones de la cadena desde el laboratorio farmacéutico que elabora el antibacteriano (o antiparasitario) al ganadero, pasando por la empresa fabricante del pienso y el transportista, deben cumplir de forma estricta su cometido para que, cuando el veterinario prescriba, los animales realmente reciban el producto farmacológico en el pienso como se ha prescrito.
Manuel Toledo habló sobre los tratamiento inyectables en particular. Recordó a los asistentes que tratamos poblaciones, no individuos, que todos los tratamientos deben ser eficades desde el punto de vista del balance coste/beneficio y que el diagnóstico diferencial es fundamental. A este respecto afirmó que es básico escoger bien los cerdos a los que se va a hacer una necropsia, para que sean representativos de la población que sufre el problema.
El ponente que habló de los tratamientos en agua, Joan Jovellar, quiso resaltar la importancia del vehículo del fármaco: ¿estamos seguros de la calidad del agua que utilizamos? ¿Hacemos analíticas y las hacemos con la frecuencia adecuada? ¿Tenemos en cuenta cómo puede cambiar el fármaco en un determinado tipo de agua y con unas condiciones ambientales concretas?
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Joan Mayol, a la izquierda, junto con el resto de conferenciantes y las moderadoras de la sesión “Legislación: marco legal del veterinario”. |
Indefensión de los veterinarios ante problemas legalesAdemás de una sala dedicada en exclusiva a hablar de medicaciones, durante la mañana del día 25 también se podía asistir de forma simultánea a otras tres sesiones: sobre nutrición, legislación y la exposición de comunicaciones orales.
En la sesión sobre legislación y marco legal en que se mueve el veterinario fue particularmente emotiva la charla de Joan Mayol, uno de los veterinarios injustamente acusados de no alertar de la presencia de peste porcina clásica en Cataluña en el año 2001 deliveradamente. El entonces conseller de Agricultura de la Generalitat Josep Grau cargó contra dos empresas y los veterinarios que trabajaban en ellas acusádoles, sin ningún tipo de prueba, de no notificar la presencia de animales con peste porcina clásica en sus explotaciones e incluso de favorecer su expansión con movimientos ilegales de los cerdos.
Mayol y los otros tres acusados formalmente pasaron por un infierno de varios años de inhabilitación, cuentas embargadas y estigmatización mediática, hasta que al cabo de un lustro el juicio los declaró inocentes. Quedó demostrado que las acusaciones eran falsas y contaron con el apoyo de algunos veterinarios de renombre, como José Manuel Sanchez-Vizcaíno, que declaró como perito de la defensa, pero ni los colegios ni las asociaciones profesionales respaldaron de forma colectiva a los cuatro damnificados, de lo cual se lamentaba el conferenciante.
Joan Mayol recalcó, además, que no somos conscientes de la enorme responsabilidad que afrontamos cada vez que, como veterinarios, estampamos nuestra firma.
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Albert Finestra (izquierda) y Miguel Ángel Higuera. |
Hacerse oír en la Unión EuropeaPor la tarde, Miguel Ángel Higuera explicó en una sesión plenaria moderada por Albert Finestra cuáles son los mecanismos europeos que hay que utilizar, y cómo utilizarlos, para hacer llegar propuestas a Bruselas y conseguir los apoyos necesarios para sacarlas adelante.
Explicó que la Unión Europea se comporta como un mercado único para el porcino, con precios que evolucionan de forma paralela en todos los principales productores, pero que hay dos grupos de países bien diferenciados: un
lobby centroeuropeo con Alemania, Países Bajos, Bélgica, Dinamarca... y el grupo de los mediterráneos con España, Portugal e Italia. Los intereses de ambos grupos suelen estar en contraposición. Un caso claro es la normativa de transporte animal, que se está intentando reformar de nuevo reduciendo a 8 horas el tiempo máximo de viaje permitido; si se aprobase una legislación así, los países mediterráneos saldrían muy perjudicados.
Higuera expuso que actualmente las cuestiones que pueden afectar al porcino que se están debatiendo en la UE giran en torno a los OGM, las proteínas animales en los piensos, el bienestar animal (cerdas en grupo, castración, etc.), las inspecciones en matadero (la Unión quiere reducir el número de veterinarios para reducir costes de la industria cárnica), la PAC o el control de
Salmonella en cerdos.
En cuanto a la capacidad de que las propuestas del sector se hagan oír, el conferenciante concluyó diciendo que “por muchos argumentos que des, no es tan sencillo que te hagan caso”, hay que conseguir los aliados adecuados.
Previamente al acto de clausura y a la asamblea de ANAVEPOR, las sesiones del congreso se cerraron con una exposición a tres bandas de la importancia que tiene el veterinario de porcino en la sociedad, moderada por Miquel Collell y en la que intervinieron Alfredo Cajal, Pere Ayguadé y Josep Puigdollers, que dieron sus visiones personales de cómo ha estado y cómo está ahora la profesión.
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