Después de la crisis de las dioxinas en Alemania sucedida en diciembre pasado la Comisión Europea quiere introducir un plan de control de calidad más estricto. Según un documento de trabajo de la Comisión, este plan sería básicamente un aumento de los análisis para la detección de dioxinas, que en muchos casos supondría el análisis del 100% de los lotes.
Los mezcladores de grasas, los productores de alimentos compuestos y la industria del biodiésel tendrían que analizar el 100% de los lotes de subproductos del refinado de aceites, de grasas de origen vegetal y animal, de mezclas de grasas y aceites de pescado. La industria del biodiésel tendría que analizar el 100% de los lotes de subproductos procedentes de grasas y aceites vegetales o animales con excepción del glicerol, que se vayan a destinar a alimentación animal. Los refinadores de aceites vegetales tendrían que analizar el 100% de los lotes de aceite de palma y coco. Los productores de aceite de pescado, el 100% de lotes de aceite de determinadas procedencias. El documento de trabajo recoge que dichos análisis tendrían que realizarlos los fabricantes que comercializan grasas, aceites y productos derivados usados en piensos y que ellos tendrían que ser los que asumieran los costes. En cuanto a los laboratorios que realizarán los análisis, el documento señala que éstos tendrían la obligación de informar sobre los resultados que excedieran los límites admitidos, no sólo a la empresa que les ha encargado el análisis sino también a la autoridad competente.
El documento también precisa que los contenedores usados para el almacenamiento y transporte de los aceites y subproductos usados en alimentación animal no podrían usarse para el almacenamiento y transporte de otras sustancias.