El amoniaco y los componentes orgánicos volátiles son los principales factores que influyen en la calidad del aire asociado con la producción porcina. El olor resulta de la degradación de carbohidratos, grasas y proteínas en el intestino grueso y los purines de los cerdos y, por tanto, puede manipularse por la composición de la dieta. Sin embargo, las diferencias individuales en la percepción del olor hacen difícil demostrar las estrategias para reducirlo.
Investigadores de la Universidad de Carolina del Norte llevaron a cabo un estudio con dos objetivos. En primer lugar, determinar la capacidad de dos paneles de olores diferentes (uno profesional y otro inexperto) para detectar diferencias en la percepción del olor; y en segundo lugar, para evaluar las diferencias en el olor de los purines frescos y otros anteriores de porcino alimentado con tres niveles distintos de fibra. Para ello, utilizaron machos alojados en jaulas de metabolismo individuales en una habitación de ambiente controlado. Recibieron tres tipos de dieta con baja, media o elevada cantidad. La dieta con poca fibra contenía un 6,5% de FND y se formulaba con maíz sin cáscara y harina de soja; la de fibra media contenía un 10,5% de FND y se basaba en maíz y harina de soja; y la de mucha fibra contenía un 20,8% de FND y estaba formulada con maíz, harina de soja y cascarilla de soja. Las dietas se administraron a diferentes niveles, de modo que los cerdos consumían la misma cantidad de proteína digestible y energía por unidad de peso corporal metabólico. En el noveno día del experimento, las cantidades se ajustaban en función de los pesos corporales y los cerdos comenzaban a recibir agua utilizando un índice agua:pienso de 3:1. El día 14 se inició la recogida separada de heces y orina durante un periodo de 48 horas. Al final, ambos se pesaban y se sometían a un protocolo de conservación determinado. Las muestras se congelaron hasta que se utilizaron por los paneles. El panel de inexpertos consistía en 52 personas de un pueblo de Carolina del Norte y el panel profesional, en 10 especialistas en olor entrenados de la Universidad de Duke. El panel profesional indicó que para los purines frescos, una dieta baja en fibra daba lugar a purines con un índice de irritación más elevado en comparación con los purines procedentes de cerdos alimentados con más fibra. En cuanto a los purines más viejos, una dieta de mucha fibra daba lugar a una intensidad elevada y desagradable de las muestras de purines. Al contrario que el panel profesional, el inexperto percibió que los purines frescos de cerdos alimentados con la dieta con mucha fibra eran más irritativos y más desagradables que los purines viejos de cerdos alimentados con dietas de fibra elevada.
Ambos paneles pudieron diferenciar los purines de elevada fibra de los de fibra media. También distinguieron el fresco del antiguo con fibra media.
Los datos de este experimento confirman que los niveles de fibra de la dieta pueden ser utilizados para influir sobre el olor de los purines. Los resultados también demuestran que la respuesta por el público general a tales cambios en olor es difícil de predecir utilizando un panel profesional.