Las primerizas son el futuro y según funcionen las primerizas lo hará el resto del rebaño. El progreso genético adquiere gran importancia en las primerizas, ya que tienen mayor potencial que las más adultas. Este potencial genético puede perderse si se reduce la longevidad, por lo que un experto norteamericano, el Dr. Paul Ruen, ha publicado un informe sobre los resultados de sus trabajos en los que hace especial énfasis en las tres fases del desarrollo de las primerizas, tal y como informa Swineweb.com.
La primera fase, la maduración, es la más larga del crecimiento prepuberal y en ella el cuidado nutricional diseñado para la reproductora es extremadamente importante. En esta fase se recomienda hacer un exhaustivo control con el objetivo de aclimatar la primeriza al estatus sanitario del rebaño de adultas. El alojamiento y el entorno son claves, especialmente la iluminación y sus horarios que deben suponer entre 14 y 16 horas de luz al día.
La pre-reproducción, segundo estadio del desarrollo de una primeriza, incluye el manejo de las cerdas para la pubertad. Este estadio comienza con la exposición al macho, generalmente entre los 160 y los 175 días de vía. La calidad de la exposición al macho con celos registrados dará resultados positivos. Este experto sugiere estas pautas:
• Los machos deberían tener más de 11 meses de vida.
• La exposición debería ser de 1-2 minutos/primeriza una vez al día (un corral con 5-10 primerizas necesita entre 10 y 20 minutos)
• Los machos deben estar alejados de las primerizas para que los celos resulten claros.
• Para un mejor contacto, los machos deben estar en los corrales con las hembras mejor que en las vallas.
• Llevar las cerdas hacia los machos produce una mejor estimulación que llevar los machos a las hembras.
La fase final del desarrollo de primerizas, la reproducción, es cuando la primeriza está preparada para el apareamiento. Alojar al macho lejos de las hembras, asegurándose de que hay buena ventilación y suelos limpios es fundamental para lograr que la interacción sea una experiencia positiva. El experto recomienda el reagrupamiento limitado de primerizas en este momento así como una completa alimentación.
Estrategias sencillas para el desarrollo de primerizas pueden dar lugar a grandes resultados. Las granjas que han registrado los celos tienen, según el Dr. Ruen, un significativamente mayor número de nacidos totales de primerizas que aquellas que no los registraron. Gran parte de este éxito se debe al hecho de que las primerizas pudieron adaptarse al entorno, a las personas, a las compañeras de corral y a la alimentación antes de ser puestas en reproducción.