Veterinarios del Departamento de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza han conseguido aplicar con éxito por primera vez en España una metodología que permite controlar y eliminar la infección por el lentivirus ovino (virus del Visna/maedi, VMV), presente en la mayoría de los rebaños en el norte de España. El microorganismo se transmite principalmente por vía aérea, está presente en toda la cabaña ovina y origina una sintomatología respiratoria grave, que debilita a los ejemplares afectados, merma su capacidad productora, ocasiona importantes pérdidas económicas a los ganaderos y, en la mayoría de los casos, termina con el sacrifico temprano de los infectados.
Investigadores del Departamento de Patología Animal, enmarcados dentro del grupo ”Enfermedades Priónicas, Lentivirales y Emergentes” que coordina el catedrático de Sanidad Animal Juan José Badiola, han demostrado la efectividad de la aplicación de un sistema de control frente a este virus en un rebaño ovino de aptitud lechera de Ciudad Real, que partía con una tasa de afección de casi un 70%, y que descendió a menos del 1% en dos años, tasa que se ha ido reduciendo paulatinamente y que prácticamente ha desaparecido actualmente.
El trabajo se inició en 2004 y consistió en el estudio serológico de los efectivos mediante un test de última generación que los investigadores de la Facultad de Veterinaria pusieron a punto en el marco de un proyecto europeo que ellos mismos coordinaron en los años 90. A continuación, se procedió a la separación en dos rebaños (positivo y negativo), el manejo por separado de ambos, la selección de corderas para vida exclusivamente de las hembras descendientes de animales seronegativos y un manejo tendente a la desaparición del rebaño positivo. El estudio serológico se repitió cada seis meses, aproximadamente.
El número de efectivos en el rebaño negativo (sanos) ha ido aumentando progresivamente y, en la actualidad, ya supera el número total que tenía el rebaño al iniciar el estudio. El rebaño positivo fue reduciéndose en efectivos hasta desaparecer. El control de la infección ha supuesto la desaparición de la sintomatología respiratoria y una mejoría muy considerable del estado sanitario general del rebaño.
El estudio aplicado, coordinado por Lluís Luján, profesor titular del Departamento de Patología Animal, ha sido presentado esta semana en el congreso de la Sociedad Española de Ovinotecnia y Caprinotecnia (SEOC) que se celebra en Ciudad Real.
El trabajo ha demostrado que la separación en dos rebaños es un excelente sistema de control del VMV, un método que se ha aplicado por primera vez en España. En este caso, este sistema se ha convertido en una herramienta crucial para controlar la infección en un periodo de tiempo relativamente corto, apenas dos años. El mayor inconveniente de su aplicación radica en la dificultad que implica la separación de los efectivos en dos rebaños en el marco de los sistemas habituales de explotación. Al ser la vía aerógena una de las principales vías de contagio, la convivencia de animales infectados con seronegativos es fuente de contagios y de aumentos inevitables de la seroprevalencia, que solamente se pueden evitar separando los animales.
La infección por el lentivirus ovino (virus del Visna/maedi, VMV) es de distribución universal y está presente en toda España. Muchos de los rebaños estudiados, al menos en la mitad norte peninsular, suelen mostrar una seropositividad por encima del 25%. En Aragón, en un estudio que incluyó más de 274.000 ovinos, 554 rebaños y que fue llevado a cabo durante seis años (2002-2007), se observó que la seroprevalencia media obtenida en individuos se situaba en el 52,8% y que la práctica totalidad de los rebaños sufría la infección (Pérez et al., 2010). Esta tasa implica una importante afección clínica asociada que cursa con detrimentos productivos demostrados (Pekelder et al., 1994; Keen et al., 1997), lo queconvierte a esta infección en una candidata a tener en cuenta a la hora de mejorar el estado sanitario de un rebaño concreto y, por ende, su capacidad productiva.
La infección por el VMV no tiene vacuna efectiva ni tratamiento medicamentoso. Por ello, la única medida que se puede aplicar en un rebaño, si se requiere el control de la infección, es utilizar el diagnóstico serológico más sensible y específico posible y la posterior aplicación de medidas adecuadas de control. Por ello es necesario disponer, en primer lugar, de herramientas diagnósticas precisas que permitan conocer de manera rápida los animales infectados en una población dada. Actualmente, existen en el mercado losdenominados test serológicos de tercera generación, que son tests en formato ELISA basados en péptidos y proteínas recombinantes. Uno de estos tests (Elitest®) posee una especificidad del 98,2% y una sensibilidad del 97,8% y ha sido empleado con éxito en la campaña de control y erradicación en Aragón (España), que ha sido costeada en materiales y personal de apoyo por el Gobierno de esa comunidad autónoma, y en este trabajo en Ciudad Real.
El rebaño analizado en la actualidad puede considerarse controlado frente a la infección por VMV ya que el porcentaje de seroprevalencia detectado en los sucesivos estudios serológicos es siempre irrelevante (menor del 1%) y esos animales son inmediatamente retirados del rebaño. Sin duda, el interrumpir este control en el rebaño conllevaría a un lento pero progresivo ascenso de la tasa de infección.