Un equipo dirigido por investigadores de la Universidad de Cornell y Temple ha identificado un cambio que ocurre en el coronavirus canino que apunta a un posible patrón de cambio que se encuentra en otros coronavirus y que puede proporcionar pistas sobre cómo se transmiten a los humanos desde los animales.
En 2017 y 2018 se identificó por primera vez un nuevo coronavirus canino en dos pacientes humanos de Malasia que desarrollaron neumonía. Otro equipo de científicos aisló el coronavirus canino, lo secuenció y publicó sus hallazgos en 2021.
Ahora, el equipo de Cornell y Temple ha identificado un patrón que ocurre en un extremo de la proteína de punta del coronavirus canino, el área del virus que facilita la entrada a una célula huésped. El virus pasa de infectar tanto los intestinos como las vías respiratorias del huésped animal a infectar solo el sistema respiratorio en un huésped humano.
Los investigadores identificaron un cambio en el extremo N-terminal, una región de la molécula con alteraciones detectadas también en otro coronavirus que saltaron de los murciélagos a los humanos, en los que provoca un resfriado común.
El artículo, “Recent Zoonotic Spillover and Tropism Shift of a Canine Coronavirus is Associated with Relaxed Selection and Putative Loss of Function in NTD Subdomain of Spike Protein”, se ha publicado en la revista Viruses.
"Este estudio identifica algunos de los mecanismos moleculares que subyacen a un cambio de huésped del coronavirus canino a un nuevo huésped humano, que también pueden ser importantes en la circulación de un nuevo coronavirus humano que antes no conocíamos", dijo Michael Stanhope, profesor de salud pública y del ecosistema en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Cornell. El primer autor, Jordan Zehr, es estudiante de doctorado en el laboratorio del coautor Sergei Kosakovsky Pond, profesor de biología en el Instituto de Genómica y Medicina Evolutiva de la Universidad de Temple.
En el estudio, los investigadores utilizaron herramientas de evolución molecular de última generación desarrolladas en el laboratorio de Pond para evaluar cómo las presiones de la selección natural pueden haber influido en la evolución del coronavirus canino.
Para más información sobre esta investigación, acceda a la web de Cornell University.