Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Wisconsin-Madison ha desarrollado una prueba genética, la primera de su tipo, que identifica el riesgo de que un perro sufra daños en los ligamentos cruzados.
La prueba se desarrolló al principio para el Labrador, una raza con un alto riesgo de desarrollar la enfermedad, en septiembre de 2021. El equipo ahora espera extender la herramienta a otras razas susceptibles, como el Terranova y el Rottweiler.
Similar al ligamento cruzado anterior (LCA) en humanos, el ligamento cruzado craneal canino juega un papel crucial en la estabilización de la articulación de la rodilla. Aunque cualquier perro se puede romper el ligamento, rara vez ocurre solo por una lesión. Según indican los científicos, el deterioro del ligamento cruzado, que aumenta la posibilidad de ruptura, está muy influenciado por la genética.
Identificar si un perro tiene más probabilidades de romperse un ligamento cruzado debido a la genética permite a su propietario y al veterinario tomar medidas preventivas para así evitar la recuperación y los costes asociados a esta lesión.
La nueva prueba ha sido desarrollada por el profesor Peter Muir, quien, junto con su equipo, analizó el genoma de más de 1.000 perros de raza Labrador en EE. UU. Según Muir, los marcadores genéticos de la ruptura del ligamento cruzado son más complejos que los marcadores de otros rasgos. La mayoría de las pruebas genéticas buscan una mutación de ADN en particular para determinar si una enfermedad o rasgo en concreto está presente. Sin embargo, en la ruptura del ligamento cruzado contribuyen varias variantes genéticas que se encuentran en el genoma del perro.
"Existen muchas pequeñas variantes que actúan juntas", explica Muir, "por lo tanto, cualquier Labrador que herede suficientes variantes de efecto pequeño en combinación tendrá un alto riesgo genético de ruptura del ligamento cruzado".
Sus hallazgos les permitieron determinar el riesgo genético de desarrollar una ruptura del ligamento cruzado en los labradores. Encontraron una estimación de heredabilidad de 0,62, lo que significa que por cada Labrador que desarrolla una ruptura del ligamento cruzado, alrededor del 62 % del riesgo es genético y aproximadamente el 38 % es ambiental.
A partir de este estudio, ahora se puede realizar en el laboratorio una prueba de riesgo genético de ruptura del ligamento cruzado para perros labradores con una precisión del 98 %. De cara al futuro, el equipo espera seguir investigando las pruebas genéticas tanto para animales como para humanos.
Genetic test identifies dogs' risk of cruciate ligament damage. Vn online.