¿Cómo afectan los cohetes, petardos y fuegos artificiales a los perros, gatos y otros animales de compañía?
La pirotecnia es percibida por nuestras mascotas de forma mucho más intensa a causa de su sensibilidad auditiva. Además, la incomprensión de lo que está pasando genera un miedo intenso en la mayoría de los animales. Este miedo acaba desarrollando respuestas de estrés y ansiedad constantes a partir de los cuales se desencadenan numerosos problemas.
Además del problema del ruido y del estrés, estos artefactos pueden tener consecuencias directas como quemaduras u otro tipo de lesiones.
Ahora que ha comenzado el periodo de Fallas, ¿se nota un aumento de las urgencias en vuestro centro? ¿Cuáles son las más frecuentes en esta época?
En esta época el aumento de las urgencias está relacionado principalmente con el estrés y sus consecuencias. Entre ellas encontramos:
Por suerte, podemos decir que son menos frecuentes las urgencias por quemaduras o lesiones directas por las explosiones de los petardos, pero desafortunadamente también ocurren.
¿Qué precauciones pueden tomar los cuidadores para proteger a sus mascotas?
En casa debemos tener ventanas cerradas para disminuir el ruido. Podemos preparar un refugio, como por ejemplo adaptar un transportín acorde a su tamaño y cubrirlo con una manta para que pueda esconderse cuando lo necesite.
En la calle debemos intentar salir a las horas que menos pirotecnia hay. Este año se ha establecido el horario de 15:00 a 17:00 en el que está prohibido lanzar petardos.
En casos graves donde el animal deja de comer o de querer salir a la calle, recomendamos acudir a un centro veterinario en el que podríamos ayudarle a controlar el estrés por medio de tratamientos tranquilizantes como las feromonas, nutracéuticos o psicofármacos.
También es posible entrenar a nuestra mascota ante la respuesta a los petardos realizando un trabajo preventivo durante el resto del año.
¿Qué se debe hacer si te encuentras un perro extraviado o perdido en la vía pública?
Principalmente, se debe contactar con la policía local o con una clínica veterinaria para que puedan leer su microchip y contactar con el cuidador. Si no tuviera microchip, la policía gestionará la recogida por parte de la protectora municipal hasta que se localice al dueño.