Enrique Alonso García, consejero permanente del Consejo de Estado, participó en el II Congreso Internacional de Sanidad y Bienestar Animal celebrado en Córdoba dando una ponencia sobre la Ley de Protección y Bienestar Animal y sus implicaciones para los veterinarios. El ponente resume que “se está en un periodo de espera” con respecto a la ley y su entrada en vigor, el próximo 29 de septiembre. “Es una ley con principios que ya son aplicables, que son bastante sensatos y que son muy precisos y claros”.
“El problema”, añade Alonso García, “es que tiene hasta 40 remisiones a reglamentos, directrices y protocolos a futuro, que se tienen que determinar”. El consejero recordó la reciente circular enviada por el ministerio en la que la ley no podría entrar en vigor por no haberse aprobado ningún real decreto que la desarrolle.
“Esto además coincide con una modificación de los estatutos del Consejo de Colegios Veterinarios que está pendiente de la orden de las nuevas enseñanzas”, añade Alonso García. “Veterinaria es la única carrera europea que no dejan que se llame ‘medicina’ y se llame ‘medicina veterinaria’, como ocurre en todos los lugares del mundo. Además, no se ajusta realmente al modelo europeo de compatibilidad, lo cual puede generar muchos problemas para los veterinarios españoles que quieran ejercer en la Unión Europea”.
Tal y como explica Enrique Alonso, “cada aspecto de la profesión veterinaria supone problemas muy específicos, tanto los puramente técnicos como también los más mixtos, como el peritaje, o los forenses veterinarios”. El miembro del Consejo de Estado recuerda que este último caso se acaba de regular en medicina humana, “pero los forenses veterinarios no están regulados, y esto genera cierta complejidad tanto en lo que es una función profesional como la estrictamente aplicativa clínica, que es complicada”.
Volviendo a la Ley de Bienestar Animal, Alonso García señala otro tema complejo, ya que “está también por definir exactamente qué se entiende por profesionales del comportamiento animal”, algo que la ley no desarrolla “y a mi juicio esto va a tardar años en estar completo”.
Por último, Enrique García Alonso señala un aspecto “curioso” de la Ley de Protección y Bienestar Animal: “Da la sensación de que esta ley cubre todo, pero no es así. Hay muchas normas europeas e internacionales. Entonces, esa pretensión de que con esta es una ley principal porque se sientan los principios nuevos del bienestar animal, y qué va. Se sientan algunos principios, porque otros están fijados por normas superiores a la española, como sentencias del Tribunal Constitucional que por tanto aplican directamente la Constitución. Por tanto, diga lo que diga la ley será esa jurisprudencia la que es aplicable”.