En oftalmología veterinaria, las principales afecciones con indicación quirúrgica son las úlceras corneales profundas y las perforaciones oculares. Además, son motivo de cirugía corneal la extracción de cuerpos extraños alojados en la córnea -como restos vegetales o espinas-, que muchas veces supone una intervención de urgencia.
Las razas, que por sus hábitos de caza, pueden presentar con mayor frecuencia afecciones en la córnea son Teckel, Braco Alemán, Spaniel Bretón, Galgo Español, Pointer y Bodeguero Andaluz. Mientras que las razas Bulldog Francés, Shih tzu y Carlino tienen mayor predisposición a presentar enfermedades en la córnea por sus características anatómicas. En el caso de los felinos, el secuestro corneal, patología exclusiva de esta especie que precisa de intervención quirúrgica, afecta principalmente a los siameses, persas, himalayas y esfinges1.
Con amplia experiencia en cirugía corneal, AniCura Ocaña Oftalmología Veterinaria ha intervenido recientemente a un perro de 14 años con degeneración corneal cálcica, una patología frecuente en perros de edad avanzada y asociada a inflamación ocular. Antes de la intervención, los especialistas del centro decidieron someter al paciente a un estudio con tomografía de coherencia óptica (OCT), una técnica de diagnóstico por imagen de alta resolución que aporta, en tiempo real, información cuantitativa y cualitativa de todas las capas de la córnea.
“La ausencia de contacto con la superficie corneal y la rapidez en la adquisición de imágenes hacen que la OCT sea el tipo de examen más adecuado para estas situaciones, en las que la córnea esté muy comprometida y en un estado de gran fragilidad”, asegura Javier Esteban Martín, Practice Manager del centro. “Con el apoyo de un oftalmólogo veterinario y un anestesista, realizamos la OCT bajo sedación. El estudio nos permitió localizar con detalle una bulla corneal intraestromal y la distribución exacta de los minerales de calcio asociados a la degeneración. De esta manera, se pudo delimitar el área de la córnea que debíamos eliminar mediante queratectomía, así como su profundidad”.
El estudio con OCT supone un complemento perfecto a la exploración con lámpara de hendidura, añadiendo información relevante para el diagnóstico, la elección del tratamiento y el seguimiento del proceso de curación. “En el posoperatorio inmediato, también pudimos comprobar con este avanzado medio diagnóstico el resultado tectónico del autotrasplante corneal (transposición corneal). En este procedimiento se reemplazó el área enferma de la córnea, por una del mismo ojo del paciente. Es decir, se trasladó la córnea desde la parte superior al centro”, indica Javier Esteban.
Una vez realizada la cirugía, se colocó al paciente un collar isabelino para evitar autolesiones y se prescribió tratamiento tópico en gotas, de antibiótico, antiinflamatorio y lágrimas artificiales. Además, el papel de los cuidadores fue fundamental para limpiar el ojo intervenido y aplicar los colirios. En la actualidad, el paciente cuenta con una buena visión y su córnea mantiene el espesor normal, sin haberse producidos cambios degenerativos desde el día de la intervención.
Referencias:
Martín, J. E. (2007). Atlas de Oftalmología Clínica del perro y del gato. ISBN 13: 9788493473686