La Asociación Mundial Veterinaria (WVA) ha emitido una declaración sobre la gestión de la agresividad inapropiada en perros, la cual considera una amenaza significativa para la seguridad de humanos y animales. La WVA enfatiza en la concienciación y educación como medios primordiales para prevenir y controlar esta conducta, abogando por el papel crucial de los veterinarios en educar a los propietarios sobre la tenencia responsable de mascotas para reducir la agresión.
Entre las recomendaciones que ofrece la WVA se encuentran las siguientes:
La capacitación de los dueños de perros destaca como la acción más relevante para mitigar la agresividad canina. Los veterinarios pueden brindar asesoramiento en la selección de perros adecuados para las necesidades individuales, promoviendo la socialización temprana y el entrenamiento continuo de obediencia, prácticas altamente efectivas.
La WVA alienta a los veterinarios a intervenir ante signos precoces de agresión, ya que la pronta acción mejora los resultados y minimiza los riesgos. En casos de comportamiento agresivo, el veterinario debe orientar al propietario y ofrecer recomendaciones de tratamiento.
El plan de tratamiento debe incluir el manejo y la prevención, así como la capacitación, la modificación de la conducta y la terapia farmacológica cuando sea necesario. Cuando y donde sea posible, puede ser necesaria una derivación a un veterinario especialista en comportamiento, para trabajar con problemas tempranos o continuos.
Es de vital importancia que los veterinarios se aseguren de que los criadores y propietarios de perros comprendan las causas de la agresión inapropiada en los perros, como los factores genéticos/hereditarios, los factores ambientales y las condiciones médicas y enfermedades.
Los dueños de perros tienen la responsabilidad de entrenar a sus mascotas utilizando métodos aceptables y garantizar su restricción adecuada para la seguridad pública. La identificación permanente se promueve para facilitar la localización de los dueños en caso de agresión. Criar o poseer perros con fines delictivos no es apropiado ni seguro.
Diversos países han implementado estrategias legislativas para abordar la agresividad canina, aunque la eficacia de las leyes específicas por raza es cuestionada. La WVA aboga por legislaciones que promuevan la responsabilidad del dueño, restricciones de movimiento público, adiestramiento animal, y la reubicación o decomiso de perros agresivos cuando sea necesario.
Aunque algunos países han adoptado leyes contra razas específicas, no hay evidencia que sugiera que este tipo de regulaciones sean efectivas. Se ha demostrado que la legislación específica de la raza es difícil de aplicar, debido a problemas relacionados con la definición e identificación precisas de las razas y los tipos de razas. No se han identificado criterios para determinar qué perros se volverán peligrosos en función de la raza o de diversos parámetros físicos. Además, la legislación que prohíbe ciertas razas de perros engendra una percepción falsa y peligrosa de que las razas de perros que no figuran en la lista no serán inapropiadamente agresivas.
Una legislación para brindar protección contra perros inapropiadamente agresivos debe tener en cuenta: