La dermatitis atópica canina es una enfermedad cutánea inflamatoria crónica, pruriginosa, recurrente y de gran prevalencia en la clínica veterinaria.
De etiopatogenia multifactorial, su diagnóstico es clínico, por descarte de otras dermatopatías pruriginosas. La clave de su manejo a largo plazo reside en llevar a cabo un enfoque terapéutico multimodal, en el que a menudo debemos seguir una estrategia de prueba y error para encontrar el tratamiento óptimo para cada paciente.
Tal y como remarca el autor de este suplemento, Alejandro Ojeda, dadas las características de esta enfermedad, la comunicación con el tutor del paciente es clave, ya que debe conocer las opciones terapéuticas existentes y la complejidad de la enfermedad. El veterinario debe esforzarse, no solo por identificar el tratamiento más adecuado para cada paciente, sino también por explicar de forma apropiada la necesidad de instaurar un tratamiento prolongado.
A través de este enlace puedes leer y descargar el suplemento.