La Federación de Veterinarios de Europa (FVE) ha aprobado un documento de posicionamiento sobre la importancia de tener en cuenta el comportamiento para un correcto bienestar animal, y recomienda la adopción de buenas prácticas para perros, gatos y caballos. Además de la FVE, el documento ha sido suscrito por la Federación de Asociaciones Europeas de Veterinaria Equina (Feeva), la Federación de Asociaciones Veterinarias de Animales de Compañía (Fecava) y la Asociación Mundial de Veterinaria de Pequeños Animales (Wsava).
El comportamiento animal es un factor fundamental para la profesión veterinaria a la hora de evaluar y garantizar un buen estado de bienestar animal, y es necesario reconocer su importancia y adoptar medidas y prácticas consiguientes. Así se afirma en este documento en donde se señalan implicaciones para el bienestar animal de la modificación del comportamiento animal, los métodos de entrenamiento y la capacidad de expresar comportamientos específicos de las especies.
Existe una clara correlación entre el comportamiento animal y el bienestar. En la práctica clínica veterinaria, el comportamiento alterado (por ejemplo, marcha o postura anormal) puede ser un signo clínico importante de salud comprometida. Pero incluso los comportamientos sociales o de juego del animal, advierte la FVE, pueden decir mucho sobre el estado de bienestar de un perro, un gato o un caballo. Los comportamientos normales y naturales, como los vínculos específicos de cada especie y las oportunidades sociales, pueden proporcionar experiencias emocionales positivas y un buen bienestar animal. El comportamiento ofrece un medio para reconocer estados emocionales en los animales, como sentir dolor y empatía, y sus capacidades cognitivas.
El documento formula 14 recomendaciones en torno a varias áreas temáticas como la medicina conductual preventiva, la socialización y habituación, los comportamientos no deseados o problemáticos o la acreditación de conductistas y formadores.
Las recomendaciones incluyen algunas exigencias, como la prohibición en toda Europa de medicamentos innecesarios y dolorosos, prácticas estéticas como el corte de cola y de orejas, y la prohibición de la venta y el uso de dispositivos eléctricos de entrenamiento.
Igualmente, se indica que los problemas de comportamiento animal tienen tres posibles perjuicios: en el animal, en forma de reducción de su bienestar; en la persona, en forma de compromiso en su estilo de vida; y en ambos, cuando hay una ruptura en la relación persona-animal.