Cada 28 de septiembre, el Día Mundial de la Lucha contra la Rabia recuerda que esta enfermedad sigue siendo un problema de salud pública global, afectando a más de 150 países, especialmente en Asia y África. Con una tasa de mortalidad del 100 % una vez que los síntomas clínicos comienzan, la rabia continúa siendo una amenaza letal para humanos y animales. Afortunadamente, los avances en biotecnología, particularmente en el desarrollo de vacunas vectorizadas basadas en el virus de la rabia (RV), están abriendo nuevas vías para su prevención.
El virus de la rabia es un patógeno neurotrópico que se transmite principalmente a través de mordeduras o arañazos, causando una inflamación progresiva y fatal del cerebro y la médula espinal. En los últimos años, el uso de plataformas de genética reversa ha permitido la creación de nuevas vacunas que no solo protegen contra la rabia, sino que también pueden incorporar antígenos de otros patógenos, ofreciendo potencial para combatir diversas enfermedades.
Un análisis veterinario reciente refleja que existen tres tipos principales de vacunas RV-vectores:
A pesar de los avances, todavía existen retos importantes. Las LRV, aunque eficaces, deben ser diseñadas cuidadosamente para evitar riesgos de reversiones a virulencia, mientras que las IRV enfrentan el desafío de garantizar una inactivación completa sin comprometer su capacidad inmunogénica. Además, la proteína G del RV, altamente inmunogénica, puede interferir con la respuesta del cuerpo a los antígenos añadidos, lo que representa otro desafío en el diseño de estas vacunas.
En el Día Mundial de la Lucha contra la Rabia es vital reconocer el papel de la ciencia y la innovación en la prevención de esta enfermedad mortal. Las nuevas vacunas vectorizadas basadas en el RV representan un avance significativo, ofreciendo soluciones más eficaces y seguras, no solo contra la rabia, sino también contra otras enfermedades zoonóticas que amenazan la salud animal y humana.