El urianálisis (I)
Beatriz Cuenca Espinosa trabaja en el Centro Médico Veterinario Delicias de Madrid. C/ Delicias, 35 - 28045 Madrid - cmv@cmvdelicias.com
El urianálisis resulta una prueba imprescindible en los siguientes casos:
- Evaluación de cualquier paciente con azotemia o enfermedad renal.
- Evaluación de los pacientes con procesos de vías urinarias bajas (cistitis, hematuria...).
- Protocolo diagnóstico del paciente con poliuria.
- En ciertas endocrinopatías (diabetes, hiperadrenocorticismo…).
- En aquellos casos en los que se vaya a administrar una medicación potencialmente nefrotóxica (AINE, gentamicina, antimoniato de meglumine...).
También debería formar parte de nuestros programas de revisión geriátrica y paneles pre-anestésicos, al permitir la detección precoz de la enfermedad renal [1].
Figura 2. Turbidez en orina.
Recogida de la muestra
El modo de tomar la muestra debe ser tenido en cuenta, ya que repercutirá en la posterior interpretación de los resultados [2]. La muestra obtenida por micción espontánea puede ser recogida por el propietario, y es útil para evaluar datos como la densidad o la presencia de glucosa, pero se contamina fácilmente con bacterias y células del tracto genital [1]. Las primeras gotas deben descartarse siempre, por ser las más contaminadas. Las muestras obtenidas por cistocentesis y cateterización deben recogerse en condiciones estériles y son las más idóneas para realizar urocultivos [4], pero también pueden contener algunos eritrocitos debido al trauma mecánico que causan.
Se prefiere la primera orina de la mañana, por ser la más concentrada [2]. La muestra debe analizarse lo más rápidamente posible tras su obtención, para evitar la degradación de sus componentes [2, 3]. Si esto no fuera posible, se debe refrigerar, protegiendo el envase de la exposición a la luz y permitiendo que recupere la temperatura ambiente antes de analizarla [1].
Figura 3. Refractómetro clínico.
Fases del urianálisis
El análisis consta de las siguientes partes [1-3]:
- Examen físico
- Examen químico
- Examen microscópico del sedimento
Examen físico
En este examen se evalúa el aspecto de la orina.
- 1. Color. Generalmente oscila entre el amarillo y el ámbar debido a la presencia de urocromos [3]. Podemos detectar coloraciones anormales, aunque éstas no necesariamente implican que exista enfermedad renal [1]. En la tabla 1 pueden verse algunas de las coloraciones anómalas y su significado.
- 2. Turbidez. La muestra debe ser transparente. La presencia de células inflamatorias, cristales, cilindros, mucosidad o semen pueden causar turbidez [1, 2].
Tabla 1. Interpretación del color de la orina [1-3].
- 3. Olor. La presencia de olor amoniacal puede deberse a la presencia de bacterias productoras de ureasas o ser indicativo de que la muestra no es reciente [1]. En los casos de cetonuria puede detectarse un olor dulzón [2].
- 4. Densidad. Es uno de los parámetros más importantes del urianálisis [2], nos indica la concentración de solutos en la orina [3]. A pesar de que las tiras reactivas nos ofrecen este valor, su medición es muy inexacta, por lo que es preferible el uso de un refractómetro [1, 2, 4]. Para evitar que la presencia de turbidez falsee el resultado sería recomendable centrifugar primero la orina y realizar la determinación de la densidad empleando sólo el sobrenadante [2].
En condiciones normales de hidratación, la densidad de la orina oscila desde 1.015 a 1.045 en el perro y desde 1.035 a 1.060 en el gato [1].
Debe interpretarse junto con el estado de hidratación del animal y los valores séricos de urea y creatinina [1, 2] de tal forma que bajas densidades en pacientes deshidratados sugieren una alteración en la capacidad de concentración renal. Por otro lado, se aconseja obtener la muestra antes de administrar fluidos intravenosos o diuréticos y glucocorticoides [3]. A pesar de las múltiples variables que influyen en este parámetro, la tabla 2 recoge algunas de las posibles interpretaciones de las alteraciones de la densidad.
La cantidad de cualquier sustancia en la orina debe interpretarse en función del valor de la densidad [3]. Por ejemplo, una pequeña cantidad de proteínas en una orina diluida es más significativa que en orina concentrada.
Tabla 2. Clasificación y significación clínica de los valores de densidad urinaria [5].
*En situaciones de glucosuria y proteinuria, considerar que la densidad puede estar falsamente aumentada.
Bibliografía
[1] Madejón L, Zaragoza C, Mañé MC: El análisis de orina en la clínica de pequeños animales. Consulta de difusión veterinaria 2006; Vol 14, Nº 132, 43 – 47.
[2] Christopher MM: Urinalysis and urine sediment. En: World Small Animal Veterinary Association Veterinary Congress 2004. (
www.vin.com).
[3] Dibartola S: Renal Disease: Clinical Approach and laboratory evaluation. En: Ettinger and Feldman: Textbook of Veterinary Internal Medicine, Philadelphia, Elsevier, 2009; 1722 – 1727.
[4] Tennant K: Urinalysis: What Can I Achieve Quickly in the Practice Lab? En: British Small Animal Veterinary Congress 2008. (
www.vin.com).
[5] Watson D, Lefebvre H: Using urine specific gravity. En: www. IRIS-kidney.com 2007.
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