Terapia antimicrobiana sistémica (y II)
Ralf S. Mueller1, Eric Guaguère2
1Catedrático, Dr. med. vet., Dip ACVD, FACVSc, Dip ECVD
2Doct. Vet., Dip. ECVD, DESV DV
Imágenes cedidas por los autores
La mayoría de los antibióticos sistémicos se comercializan en forma de pastillas. Sin embargo, en algunos pacientes caninos y en muchos felinos, la administración de pastillas puede resultar muy difícil. Los dueños pueden estar intermitentemente ausentes o demasiado ocupados como para administrar correctamente la medicación, o se olvidan de ello completamente y los animales, a su vez, pueden rechazarla o regurgitarla parcial o completamente. Así pues, es importante educar al cliente sobre la importancia del cumplimiento para conseguir unos tratamientos eficaces. Por supuesto, algunos antibióticos también pueden administrarse por inyección intravenosa o subcutánea y esto no sólo hace más cómoda la posología sino que puede mejorar los resultados.
Debido a la corta vida media de la mayoría de los antibióticos inyectables, éstos se usan predominantemente para el tratamiento de ciertos pacientes gravemente enfermos, cuando la administración oral no sea posible, cuando la absorción sea cuestionable o cuando el mantenimiento de unas concentraciones sanguíneas adecuadas sea esencial. Sin embargo, ahora se comercializa ya una nueva cefalosporina inyectable, la cefovecina, para su inyección subcutánea, que mantiene niveles de fármaco apropiados durante al menos 14 días consecutivos con una sola administración. La dosis y frecuencia de administración de los antibióticos seleccionados, así como sus efectos adversos previstos, se ilustran en la tabla.
Penicilinas
Las penicilinas no se recomiendan para el tratamiento de la pioderma bacteriana en perros y gatos, ya que los estafilococos son los organismos más frecuentemente involucrados. Los estafilococos producen ¦Â-lactamasas en más del 60% de los pacientes, lo que hace inútiles a las penicilinas para el tratamiento de numerosas infecciones por estafilococos. El ácido clavulánico inactiva las ¦Â-lactamasas, ampliando así la eficacia de la amoxicilina frente a bacterias productoras de ¦Â-lactamasa, como los estafilococos. La combinación de ácido clavulánico y amoxicilina ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la pioderma canina. Los efectos adversos son poco frecuentes e incluyen reacciones alérgicas.

Foliculitis bacteriana en un perro con demodicosis.
Cefalosporinas
Las cefalosporinas de primera generación, como el cefadroxilo y la cefalexina, tienen un buen espectro de actividad contra los organismos Gram (+), tales como el Staphylococcus intermedius. La resistencia de los estafilococos contra las cefalosporinas es rara. La eficacia de las cefalosporinas de primera generación contra los organismos Gram (-) es limitada y, por ello, se desarrollaron generaciones posteriores para mejorar el espectro contra estas bacterias. La cefovecina ha sido registrada recientemente para el tratamiento de la pioderma bacteriana canina y felina en muchos países. Se probó la actividad in vitro de la cefovecina contra más de 2.500 aislados de infecciones bacterianas caninas y felinas y se informó de la actividad bactericida contra la mayoría de los aislados Gram (-) y Gram (+). En los estudios clínicos, la cefovecina demostró ser eficaz en el tratamiento de las infecciones cutáneas caninas y felinas. Debido a su alta vinculación a las proteínas del plasma y a su resorción activa en los riñones, las concentraciones de suero de la cefovecina se mantienen durante un largo tiempo. La concentración inhibitoria mínima de cefovecina para S. intermedius se mantiene durante dos semanas, lo que la convierte en una alternativa práctica a la administración oral de antibióticos.
Las cefalosporinas se absorben rápidamente y se excretan predominantemente por los riñones. Los efectos adversos son raros: reacciones alérgicas, diarrea y/o vómitos.
Fluoroquinolonas
Las fluoroquinolonas tienen un amplio espectro de actividad. Se ha considerado a la enrofloxacina como un tratamiento eficaz para la pioderma canina, ya que alcanza las concentraciones apropiadas en la piel y se acumula en las células inflamatorias. Sin embargo, se ha observado un incremento en la resistencia de los estafilococos coagulasa positivos a la enrofloxacina del 1 al 5% desde su introducción hasta el año 2002 (aproximadamente una década). Se ha informado de que la marbofloxacina supuestamente tuvo éxito en el tratamiento de la mayoría de las piodermas caninas. También se ha informado de que otras fluoroquinolonas, tales como la ibafloxacina y la pradofloxacina, son eficaces.
Los efectos adversos incluyen diarrea y vómitos; en algunos animales jóvenes en crecimiento, menores de 12 meses, podrían producirse erosiones en los cartílagos articulares y de crecimiento. En los gatos, se ha informado de ceguera con la enrofloxacina a dosis >5 mg/kg/día y, por ello, este fármaco debería usarse en dosis menores en los felinos o evitarse completamente.

Celulitis en un Pastor Alemán. Véase la ulceración
y la hiperpigmentación periférica.
Macrólidos y lincosamidas
Los macrólidos (eritromicina) y las lincosamidas (lincomicina y clindamicina) han sido recomendados para el tratamiento de las infecciones cutáneas en los animales de compañía. La eritromicina y la lincomicina son eficaces contra los organismos Gram (+). La clindamicina además tiene una alta eficacia contra bacterias anaeróbicas. Sin embargo, se observa un incremento en el índice de resistencia en animales a los que se les administró una terapia antibiótica previamente. La eritromicina es inactivada por el ácido gástrico y debería administrarse en ayunas. La lincomicina y la clindamicina pueden administrarse con comida. Los efectos adversos más comunes afectan al tracto gastrointestinal; particularmente, la eritromicina puede causar vómitos en perros y gatos.
Sulfonamidas potenciadas
Las sulfonamidas asociadas con trimetroprim u ormetoprim han sido usadas para el tratamiento de infecciones de piel y de tejidos blandos de animales pequeños. Las concentraciones cutáneas alcanzadas son, por lo general, eficaces contra los estafilococos coagulasa positivos. Los efectos adversos vistos con las sulfonamidas incluyen anorexia, depresión, poliuria/polidipsia, vómitos y diarrea, cambios de personalidad, discrasias sanguíneas, salivación excesiva y otros. Las sulfonamidas son lacrimotóxicas. El riesgo de queratoconjuntivitis seca, aunque frecuentemente considerado como idiosincrásico, se asocia al peso corporal. Los perros que pesen menos de 12 kg tienen un mayor riesgo. Se recomienda realizar test lacrimales semanales de Schirmer para controlar una posible reducción de la producción lacrimal, especialmente en perros pequeños en tratamiento con estos fármacos. Los Dobermann tienen un mayor riesgo de reacciones medicamentosas a las sulfonamidas por lo que deberían usarse con gran precaución en esta raza.
Razones del fallo de la terapia antibiótica
Si la terapia antibiótica no puede eliminar las bacterias, hay dos razones principales. La razón más obvia, por supuesto, es la resistencia del organismo al antibiótico prescrito. Algunas bacterias desarrollan resistencia más fácilmente que otras y, especialmente, las bacterias Gram (-) tales como Pseudomonas aeruginosa o Escherichia coli son frecuentemente resistentes a los antibióticos usados comúnmente para el tratamiento de las infecciones cutáneas. La resistencia bacteriana contra algunos antibióticos (especialmente la eritromicina y la clindamicina) es más común en perros pretratados con estos antibióticos. Los estafilococos multirresistentes también han sido mencionados en dermatología veterinaria.
La segunda razón principal de fallo del tratamiento es el incumplimiento de la medicación por parte del dueño. Cuando se prescriben las pastillas, una dosis diaria es más fácil de administrar que tres veces al día y los antibióticos inyectables administrados por el veterinario evitan este problema completamente. A la hora de elegir una terapia antibiótica sistémica, será necesario discutir en detalle las ventajas y desventajas de varios antibióticos y regímenes con los dueños. Tales discusiones deberían formar la base de la elección de la terapia antibacteriana.
Otro factor importante que influye en el resultado terapéutico es el diagnóstico y tratamiento exitoso de la enfermedad primaria subyacente. Especialmente con las piodermas superficiales recurrentes secundarias a las alergias asociadas con prurito severo, es posible ver una infección bacteriana que no responda a los antibióticos, pero que responda al tratamiento de la enfermedad subyacente.
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