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Dirofilariosis canina en La Coruña


Fernando Simón Martín1, Rodrigo Morchón García2, Javier González Miguel3
Laboratorio de Parasitología, Facultad de Farmacia, Universidad de Salamanca.
1Licenciado en Biología y doctor en Biología. Universidad de Salamanca.
2Licenciado en Biología. Doctor en Biología con mención de Doctor Europeus. Universidad de Salamanca.
3Licenciado en Biología, estudiante de Tercer Ciclo (Doctorado). Universidad de Salamanca.
Imágenes archivo


La dirofilariosis cardiopulmonar canina y felina es una enfermedad cosmopolita (Genchi et al., 2001). Se distribuye por zonas con elevada temperatura y humedad durante alguna parte del año. Estas condiciones ambientales favorecen el mantenimiento de abundantes poblaciones de mosquitos vectores. En las zonas tropicales la transmisión se produce durante todo el año mientras que, en las zonas templadas, el periodo de transmisión y las áreas en las que se produce dependen de condiciones locales (Simón et al., 2005). En España se han realizado estudios epidemiológicos que han cubierto áreas de diversa extensión y que han demostrado la presencia de dirofilariosis canina en muchas partes del territorio nacional excepto en la cornisa cantábrica (Valladares et al., 1987; Pérez et al., 1989; Guerrero et al., 1995; Aranda et al., 1998; Rodes, 2006; Montoya et al., 2007). Las prevalencias más elevadas se han observado en las Islas Canarias, con más de un 50% de perros infectados hasta hace pocos años, aunque actualmente se ha denunciado una disminución de la prevalencia hasta el 21%, debido a la aplicación de medicamentos preventivos (Montoya et al., 2007). Las prevalencias publicadas son también elevadas en Ibiza (49%), diversas provincias peninsulares como Huelva (36,7%), Cádiz (12%), Badajoz (8%), Alicante (18%) y en áreas endémicas concretas de Barcelona (12,8%) y Salamanca (33,3%).


Actualización de la distribución geográfica de la dirofilariosis en la población canina española. Datos previos de Rodes (2006); Montoya et al. (2007) y datos propios no publicados. Prevalencia en Canarias según * Rodes (2006) y según ** Montoya. (2007).

A pesar de la aplicación de terapia preventiva, se ha constatado que la dirofilariosis se está expandiendo en determinadas partes del mundo (Genchi et al., 2001). Los factores que contribuyen a ello son, principalmente, el cambio climático -que favorece el incremento y la diseminación de los mosquitos vectores- y la ocupación por el hombre de hábitats favorables a la transmisión, como urbanizaciones periféricas de las grandes ciudades y áreas de cultivos de regadío, donde se crean las condiciones ambientales idóneas para la transmisión.

¿Cómo se transmite?
Dirofilaria immitis es el agente causante de la dirofilariosis cardiopulmonar canina y felina y de la dirofilariosis pulmonar humana. Los vermes adultos se alojan en la arteria pulmonar y ventrículo derecho de los reservorios animales; las hembras fecundadas producen larvas de primer estadio (microfilarias), que se encuentran en la sangre de los animales infectados. Diversas especies de mosquitos culícidos de los géneros Aedes, Culex, Anopheles, Culiseta y Coquillettidia actúan como vectores (Cancrini y Kramer, 2001). Cuando estos mosquitos toman sangre de perros parasitados, ingieren también las microfilarias, que mediante dos mudas sucesivas se transforman en larvas de tercer estadio (L3). Éstas son inoculadas en otro hospedador durante la siguiente toma de sangre (McCall, 2001).
El hombre no es un hospedador adecuado para D. immitis por lo que, generalmente, las larvas no evolucionan a adultos. Sin embargo, en algunos casos, vermes inmaduros pueden alcanzar una rama de la arteria pulmonar donde embolizan y dan lugar a un nódulo pulmonar benigno, cuya imagen radiológica se asemeja a la de un carcinoma pulmonar (Simón et al., 2005).
Como otras especies de filarias, D. immitis alberga bacterias simbiontes del género Wolbachia, que son fundamentales en la muda y la embriogénesis del parásito (Bandi et al., 2001).

En el presente trabajo se muestran los resultados de un estudio epidemiológico realizado en Galicia (La Coruña) que demuestran, por primera vez, la existencia de dirofilariosis canina en esta región y ponen de manifiesto que el fenómeno de la expansión de la dirofilariosis puede estar ocurriendo también en nuestro país.

Su patogenia
La dirofilariosis cardiopulmonar es una enfermedad de curso crónico, grave y potencialmente fatal. Afecta inicialmente a las arterias pulmonares, después al parénquima pulmonar y, en sus últimas fases, al corazón (Venco y Vezzoni, 1999). Los mecanismos patogénicos son muy complejos, pero tienen un componente inflamatorio fundamental (Simón et al., 2007). Los cambios que se producen inicialmente en el endotelio vascular son claves para el posterior desarrollo de la patología cardiopulmonar. Estos procesos son estimulados tanto por antígenos de D. immitis como de Wolbachia (Morchón et al., 2007 a y b; Morchón et al., 2008; Simón et al., in press), y tienen como consecuencia inmediata la desorganización e inflamación de las células del endotelio, la aparición de vellosidades intravasculares originadas por la proliferación celular del músculo liso y la disminución del calibre de los vasos (Venco y Vezzoni, 2001).
Materiales y métodos
Se analizaron 119 muestras de sangre de perros que acudieron a consulta veterinaria en diversas localizaciones de Galicia, la mayoría en la provincia de La Coruña. Las muestras, una vez obtenidas, fueron remitidas inmediatamente al laboratorio para su análisis.
La sangre se analizó mediante el test de Knott (Acevedo et al., 1981) con algunas modificaciones: 1 ml de sangre se hemolizó con unas gotas de formol al 10%. Después de centrifugar durante 3 minutos a 2.500 rmp, se descartó el sobrenadante y se añadieron unas gotas de azul de metileno al 2% al sedimento. Después de dejar que el colorante actuara durante unos minutos, se colocaron unas gotas entre porta y cubre y se observó la presencia de microfilarias al microscopio. Aunque este test revela la presencia de larvas en sangre, no permite identificar con seguridad la especie a la que pertenecen.
Las muestras fueron sometidas, así mismo, al test comercial Snap Filaria, para la detección de antígenos circulantes de hembras de D. immitis, siguiendo las indicaciones del fabricante. Este test posee una alta sensibilidad y especificidad, por lo que permite la identificación específica de D. immitis.

Resultados
De las 119 muestras analizadas, 6 resultaron positivas a uno o los dos test empleados, lo que indica una prevalencia total de la filariosis canina de 5,04%.
Tres muestras fueron positivas al test de antígenos y al de Knott, por lo que se consideran infecciones microfilarémicas causadas por D. immitis.
Otra resultó positiva al test de antígenos y negativa al test de Knott, lo que indica que se trataba de una infección amicrofilarémica por D. immitis.
Otra muestra resultó positiva al test de Knott y negativa al de antígenos, por lo que se consideró una infección causada por una filaria distinta a D. immitis.
Teniendo en cuenta estos resultados, la prevalencia de D. immitis en la población canina analizada es de 4,2% y existe un 0,84% de infecciones causadas por otras especies de filarias no identificadas. En la figura se muestra la distribución de la dirofilariosis cardiopulmonar en España según los estudios realizados hasta el año 2007 y la ampliación de la distribución que supone nuestro hallazgo.

Discusión
Ésta es, que nosotros sepamos, la primera vez que se publican los resultados de un estudio epidemiológico sobre D. immitis en la población canina de Galicia (provincia de La Coruña) y, por tanto, en la cornisa cantábrica, aunque los veterinarios de la zona observan con cierta frecuencia el parásito. Estos datos suponen una ampliación de la distribución geográfica recogida en la bibliografía relativa a nuestro país y contribuyen a completar el mapa de distribución de la dirofilariosis cardiopulmonar en España. D. immitis presenta una amplia distribución en España (figura 1a). Los estudios publicados hasta el momento, revisados por Montoya et al. (2007), indican que salvo en Castilla la Mancha, donde no se han realizado estudios epidemiológicos, y en las provincias de la cornisa cantábrica, donde nunca había sido hallada, la dirofilariosis canina está presente en el resto del territorio nacional.


Se ha constatado que la dirofilariosis se está expandiendo en determinadas partes del mundo, principalmente debido
al cambio climático -que favorece el incremento y la diseminación de los mosquitos vectores- y a la ocupación por
el hombre de hábitats favorables a la transmisión, como urbanizaciones periféricas de las grandes ciudades y áreas
de cultivos de regadío, donde se crean las condiciones ambientales idóneas para la transmisión.

En la Rioja, región de la que no aparecen datos en estos trabajos, un estudio epidemiológico realizado por nuestro grupo ha demostrado la presencia de D. immitis y otras especies de filarias caninas (datos propios no publicados).
Si analizamos las condiciones climáticas de estas áreas endémicas observamos que, en España, la dirofilariosis canina aparece en dos tipos de áreas bien definidas. Las prevalencias más elevadas se detectan en las Islas Canarias, Ibiza y algunas provincias costeras con clima oceánico (húmedo y templado/cálido). En provincias del interior, en las que impera un clima continental, las áreas endémicas se circunscriben a microclimas húmedos en los que durante alguna fase del año las temperaturas son elevadas, como valles de ríos o zonas de regadíos más o menos amplias (Pérez Sánchez et al., 1989).
Desde hace tiempo se viene advirtiendo que, en Europa, la dirofilariosis canina se está expandiendo hacia áreas no endémicas del norte (Genchi et al., 2001), y lo mismo parece estar ocurriendo en otras partes del mundo. Esta expansión en los reservorios animales va acompañada de una extensión de la dirofilariosis humana ya que, en los últimos años se han denunciado varios casos en pacientes que nunca habían abandonado áreas que se consideraban libres de dirofilariosis, como por ejemplo Austria (Simón et al., 2005). Los resultados de nuestro estudio parecen indicar que, como en otros países, en España podría estar ocurriendo una situación similar.
La aplicación de nuevas tecnologías como el GIS (Geographic Information System) y RS (Remote Sensing) a los estudios sobre enfermedades infecciosas y parasitarias ha supuesto un gran avance en el conocimiento de la epidemiología de estas enfermedades y en la predicción de sus posibles cambios (Genchi et al., 2005). Este estudio ofrece algunas conclusiones muy relevantes para la epidemiología de la dirofilariosis en Europa, en general, y en la península Ibérica, en particular:
La zona de Europa con el periodo de riesgo más largo es Murcia.
En Galicia (municipio de Monteventoso) se dan condiciones favorables de transmisión hasta el 11 de septiembre.
Puesto que las condiciones adecuadas para el desarrollo de mosquitos vectores y del parásito en ellos se dan durante una parte del verano, con la actual tendencia de incremento de temperaturas en extensas áreas del centro y algunas del norte de Europa, la dirofilariosis se introducirá en áreas no endémicas de esos países.
Los recientes estudios realizados en diversas partes del mundo indican que la situación epidemiológica de la dirofilariosis es cambiante y evoluciona continuamente, por lo que es necesario mantener la vigilancia y realizar este tipo de análisis periódicamente, incluso en áreas donde la dirofilariosis no se ha detectado previamente. En este sentido, la labor del clínico veterinario es fundamental, tanto para la salud de los animales como de las personas, dadas las implicaciones zoonósicas de esta parasitosis.
Deseamos expresar nuestro agradecimiento a Merial Laboratorios por la financiación de este estudio.

Bibliografía
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