Introducción y dificultades de la clínica de animales exóticos (I)
Eduardo Juan Fernández López Mundo Animal Torremolinos Málaga Imágenes archivo
Quizás el término “exótico” no sea el más adecuado para agrupar a los animales que vemos en la clínica veterinaria. Como animales exóticos consideramos aquellos que no son autóctonos de una zona o país y, aunque la mayoría de los animales exóticos que vemos no pertenecen a la fauna autóctona peninsular, también es cierto que otros animales considerados como exóticos no suelen presentarse en la clínica veterinaria. Así por ejemplo, una cabra del Gabón, un avestruz o un tigre, son animales exóticos pero va a ser muy raro que aparezcan por la clínica. Otros, como una rapaz, una comadreja o un lagarto ocelado no son animales exóticos y también es raro que pasen por nuestras manos; una tortuga mora es más común en la clínica y tampoco es un animal exótico. Por todo ello, quizás el término más adecuado para citar a estas especies sea el de “Nuevos animales de compañía”. Nuevos, porque no son el perro y el gato, y de compañía, porque suelen estar alojados en las casas de las personas. Aun así, es posible que en alguna ocasión se nos presenten en la consulta animales exóticos pertenecientes a colecciones zoológicas y granjas, así como animales autóctonos procedentes del campo o requisados por tenencia inapropiada o ilegal. Algunos de estos nuevos animales de compañía se encuentran incluidos dentro de una legislación especial que regula su comercio y tenencia, es la normativa CITES. Por otro lado, la mayoría de las especies autóctonas están protegidas por la ley, su tenencia no está permitida y son competencia de la Administración correspondiente, aunque esto no quita que si acude una persona a la clínica con alguna de ellas podamos darle unos primeros auxilios y cuidados especiales hasta su posterior encauzamiento al organismo correspondiente.
Dada su enorme diversidad, resulta difícil agrupar bajo un mismo nombre a los diferentes animales que vamos a ver. Pero no acaban aquí las dificultades, hay muchas más, la mayoría derivadas de esta tremenda diversidad. Por ello, nos enfrentamos a una serie de problemas que hacen que la clínica de estos animales sea un verdadero reto. Así, podemos encontrarnos desde animales de 15 g como los canarios y aves tropicales, hasta ejemplares de cientos de gramos, algunos kilos e incluso mucho más. Abarcamos reinos animales tan distintos y particulares anatómica y fisiológicamente como aves, reptiles, mamíferos, peces y, a veces, anfibios y, dentro de ellos, sus distintas agrupaciones. La amplitud y variedad de los conocimientos necesarios son enormes y, a la vez, escasos; pues los estudios biológicos y clínicos sobre estas especies son muy recientes y la mayoría de ellos no están escritos en español. ¿Tenemos más dificultades? Pues sí, la tecnología necesaria para la clínica tiene un coste alto, que a su vez se amortiza con el bolsillo del cliente, y que no todos están dispuestos a asumir.
Consideraciones generales Básicamente vamos a ver por encima tres grupos: reptiles, aves y pequeños mamíferos. Pero antes, es importante tener en cuenta una serie de aspectos generales:
1. Qué animal vamos a ver: el reino al que pertenecen es fácil de saber: o es un pájaro o una serpiente o una rata. Pero hay que intentar saber de qué especie se trata y, a partir de aquí, conocer cuáles son sus condiciones ideales de cautividad, puesto que la mayoría de las patologías derivan de malas condiciones ambientales o dietéticas.
A su vez, el tamaño es también una variable importante: no es lo mismo trabajar con un yaco que con un camaleón del Yemen o un hámster ruso o una pitón. La forma de manipularlos y explorarlos, de realizar diagnósticos y tratamientos y de alojarlos, varía según el tamaño.
2. La anamnesis es muy importante: preguntemos al propietario y dejémosle hablar. En qué condiciones tiene al animal constituye la mayor parte de la información que nos dará. En cuanto a los síntomas y otros aspectos clínicos, éstos van a ser más bien escasos. Lo más habitual es oír respuestas de este tipo: “no se mueve”, “duerme mucho”, “no come” o “tiene un bulto”.
3. El acondicionamiento de la clínica: puesto que tratamos con un grupo tremendamente heterogéneo en todos los aspectos, nuestra clínica debe estar preparada para ello. Por lo tanto, debemos disponer de alojamientos adecuados donde podamos controlar variables ambientales como temperatura, radiación térmica, iluminación, luz ultravioleta, humedad, así como ubicaciones donde colocar animales de todos los tamaños que podamos atender.
4. Elementos diagnósticos: algunos podremos usarlos y otros no, bien por el escaso tamaño o por la negativa de los propietarios. Pero en cualquier caso debemos disponer de ellos y su uso e interpretación permitirán realizar un buen diagnóstico. Los apoyos externos como laboratorios y ciertos profesionales son también importantes.
5. Necesidad de disponer de información: tanto conocida por nuestra parte como bibliografías que nos permitan consultar, afinar y recordar datos. La información más específica y especializada no está en español.
6. Necropsias: son vitales para confirmar diagnósticos y seguir aprendiendo. En algunos casos recurrimos a costear técnicas diagnósticas post mórtem por nuestro propio interés y el de los futuros pacientes.
Reptiles Tenemos una serie de particularidades que condicionan la clínica de reptiles y son las que vamos a ver a continuación.
Existe una amplia variedad de especies de reptiles que, tanto por tamaños como por hábitats, van a limitar sus condiciones de cautividad y costumbres alimenticias. De forma muy básica vamos a distinguir tres grupos principales: tortugas, serpientes y lagartos.
• Tortugas Las tortugas tienen un caparazón que dificulta enormemente la exploración y aplicación de ciertas técnicas diagnósticas, a su vez los tamaños pueden variar desde crías con algunos gramos hasta ejemplares adultos de varias decenas de kilos, con los que hemos que tener cuidado por las posibles mordeduras. El hábitat también es variado y se puede clasificar en seco, húmedo y semihúmedo y, aunque la mayoría son herbívoras, también las tenemos carnívoras y omnívoras.
• Serpientes Las serpientes presentan también tamaños y pesos muy heterogéneos y son de hábitats variables, aunque de forma general distinguimos entre tropicales y cálidos. Por lo que respecta a la alimentación, al menos son todas carnívoras.
• Lagartos Finalmente, se encuentran los que podríamos llamar lagartos, grupo todavía más variado donde tienen mención especial los camaleones por sus particularidades. Una vez eliminado este grupo, el resto podemos dividirlo en arborícolas y terrestres. Los pesos también oscilan entre algunos gramos y decenas de kilos. La mayoría son vegetarianos, pero también hay insectívoros o carnívoros. Toda esta variedad condiciona, de nuevo, su exploración, técnicas diagnósticas, tratamientos, acomodación y dieta.
Piel La piel es escamosa y especialmente sensible, quizás la que más de los distintos reinos animales que vamos a tratar. Es lo primero que vemos en un reptil y nos puede dar una idea de su estado general de salud y ánimo. Son frecuentes los abscesos y granulomas subcutáneos con material purulento denso, así como quemaduras y mordeduras. Las suturas que usaremos son absorbidas por hidrólisis.
Temperatura corporal y otras condiciones ambientales Los reptiles son animales cuya temperatura corporal no es constante y depende del ambiente y de su comportamiento en busca o no de calor. Condiciona procesos tan importantes como la digestión, la actividad, el comportamiento, la inmunidad, etc. y, en general, toda la bioquímica del reptil. Por eso es tan importante conocer la especie, en qué condiciones lo tiene alojado el propietario y si son las adecuadas y, en caso necesario, cómo lo vamos a alojar nosotros (generalmente usaremos ambientes cálidos, en torno a los 28 °C o más). Otros aspectos importantes son: humedad, iluminación, orientación de la radiación térmica, tamaño del terrario y elementos en su interior. Algunos de ellos hibernan y éste también es un aspecto importante a considerar.
Síntomas ocultos Los reptiles no dejan ver sus signos de enfermedad de forma clara. Al contrario que las aves, que tienen una actividad mucho mayor, muchos reptiles utilizan la quietud como forma de pasar desapercibidos y no malgastar energía. Así, los comentarios habituales por parte de los propietarios suelen ser que: “no come”, “tiene un bulto” o “su actividad ha cambiado”.
Dieta Mientras que en las aves gran parte de las patologías derivan de dietas inadecuadas, la mayoría de las patologías que presentan los reptiles provienen de las condiciones ambientales de cautividad. Aun así, dietas hiperproteicas y carnívoras en reptiles herbívoros y obesidad en carnívoros son frecuentes y difíciles de tratar con éxito.
Principales dificultades de la clínica de reptiles
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• Extraordinaria variabilidad tanto de especies como de tamaño. • Necesidad de disponer de lugares apropiados para su alojamiento, ya que en muchos casos es necesario su ingreso sólo para observación y realización de pruebas diagnósticas. • Sus patologías más frecuentes siempre suelen estar relacionadas con la cautividad. • Es muy importante ofrecer información adecuada al propietario. |
Conclusiones Así pues, este metabolismo lento determinado por el ambiente y las malas condiciones de alojamiento hacen que, en muchos casos, las patologías de los reptiles que podemos ver en la clínica esten en estado avanzado. Quizás muchos de los signos agudos son ocasionados simplemente por procesos crónicos que han evolucionado de una u otra manera, y la sintomatología aguda nos enmascara el problema principal. Por todas estas dificultades nos vemos de nuevo obligados a recurrir a distintas técnicas diagnósticas, que en algunos casos podremos realizar y en otros no, a alojarlos en la clínica de forma adecuada para permitir la observación prolongada y aplicar los tratamientos, y a formarnos y a informar a los propietarios.
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