Ana Rubio Guivernau y Manuel Gardoqui Arias
Licenciados en Veterinaria
Hospital Veterinario Los Madroños
C/ Algabeño 117, 28043 Madrid
Tel.: 913 882 959
cirvet@losmadronoscvet.es
Imágenes cedidas por los autores
La esterilización de la perra es una práctica que se realiza de forma rutinaria en la clínica veterinaria. Proporciona beneficios importantes a nuestros pacientes, principalmente la reducción de la incidencia de tumores mamarios y la prevención de piometras.
Desde hace unos años, en Veterinaria la cirugía mínimamente invasiva se plantea como una alternativa a la cirugía convencional, ya que proporciona una recuperación de mejor calidad, con una menor incidencia de dolor intra y posoperatorio, así como de complicaciones posoperatorias. Y, al igual que en Medicina Humana, en Veterinaria cada vez son más los centros que realizan las ovariohisterectomías o las ovariectomías mediante laparoscopia.
Es fundamental asegurar que la hemostasia se ha realizado correctamente, y para ello se pueden emplear diferentes métodos, desde la ligadura tradicional hasta los más modernos sistemas de sellado de vasos.
Ovariectomía u ovariohisterectomía
Hasta hace unos años, en España, la mayoría de las esterilizaciones en la perra se realizaban mediante ovariohisterectomía. Sin embargo, en la actualidad, existe bastante discusión sobre la necesidad de extirpar también el útero y no solamente los ovarios. Estudios recientes indican que la incidencia de piometra en perras ovariectomizadas es nula, ya que esta patología se presenta por los cambios hormonales que suceden tras el celo.
La ovariectomía laparoscópica es menos dolorosa e implica un menor tiempo quirúrgico que la ovariohisterectomía laparoscópica; por tanto, es la técnica de elección en nuestro centro para la esterilización de perras de más de 5 kg.
La técnica paso a paso | |
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Se coloca al animal en decúbito supino, se rasura y limpia quirúrgicamente el abdomen desde el xifoides hasta el pubis. Lo primero que se debe hacer es establecer un pneumoperitoneo, para lo que tendremos que insuflar el abdomen con gas, preferiblemente CO2. Realizamos un pequeño corte en la piel (5 mm) con el bisturí a la altura de la cicatriz umbilical, ligeramente a la derecha, e introducimos la aguja de Verres. 1. Antes de comenzar a insuflar el abdomen con CO2 comprobamos la permeabilidad de la aguja de Verres con suero salino. 2. Insuflamos el abdomen con CO2 hasta alcanzar una presión entre 10 y 15 mmHg. 3. A continuación retiramos la aguja de Verres e introducimos por la misma incisión el primer trócar. A través del mismo introducimos la óptica de 0º 5mm, y colocamos los otros trócares, uno lateral a la 4ª o 5ª mama derecha y el otro a la misma altura en el lado izquierdo. Una vez que hemos colocado los tres trócares inclinamos la perra hacia la derecha para separar las vísceras del ovario izquierdo y permitir una mejor visualización. Introducimos la óptica por el trócar caudal derecho y las pinzas de agarre por el trócar caudal izquierdo. Localizamos y elevamos el ovario izquierdo. 4 y 5. Introducimos por el trócar craneal las pinzas de 5 mm del Ligasure; comenzamos la coagulación y corte por el ligamento ovárico y avanzamos en dirección caudal hasta independizar totalmente el ovario. 6 y 7. Tras comprobar que no hay sangrado sujetamos el ovario a la pared abdominal suturándolo a la misma desde el exterior para facilitar más adelante su localización y extracción. Inclinamos la perra hacia el lado contrario, cambiamos las pinzas y la óptica de trócar y repetimos el mismo procedimiento con el ovario derecho. Para finalizar, extraemos el ovario derecho a través del trócar craneal, ampliando ligeramente la incisión si es necesario por el tamaño del ovario. A continuación sujetamos con las pinzas el ovario izquierdo, cortamos la sutura y lo extraemos del mismo modo y por la misma incisión. Tras comprobar que no existe sangrado se vacía el pneumoperitoneo y se suturan las tres incisiones. |
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