La dermatitis equina estival o eccema de verano es uno de los problemas alérgicos estacionales más graves que pueden sufrir los caballos. Así lo explica Glennon Mays, veterinario y profesor asociado en el Texas A&M College of Veterinary Medicine & Biomedical Sciences (Estados Unidos), en una noticia publicada en TheHorse.com.
Las causas de esta dermatitis pueden ir desde diversos alergenos que irriten la piel del équido hasta la infección por virus o bacterias, pasando por la picadura de insectos. En cualquier caso, se produce una reacción inflamatoria que altera la piel del caballo.
El problema tiene como resultado que los animales se rascan o muerden el área afectada, hay descamación, pérdida de pelo, lesiones y engrosamiento de la piel. La irritación va a más cuando el caballo se frota la zona con dermatitis, por ejemplo contra vallados o las paredes del establo, hasta el punto de que el área aparezca depilada y llena de costras. Como añadidura, las bacterias pueden colonizar la zona y producir una infección.
Para prevenir la aparición de esta dermatitis de tipo alérgico, Mays afirma que es fundamental controlar los insectos y evitar las picaduras. Se puede evitar que los caballos las sufran no sacándolos del establo durante el día, cuando la actividad de los insectos es mayor, e instalando un sistema de ventiladores que haga que el aire se mueva dentro del establo, lo que ahuyentará los insectos. Por supuesto, también se pueden usar repelentes de insectos.