Las infecciones por ascáridos son muy frecuentes. Los cachorros se pueden infectar en el útero o durante la lactación. En ocasiones, las infecciones son graves y se manifiestan clínicamente antes de la patencia. Por eso conviene desparasitarlos con un antihelmíntico adecuado desde las dos semanas de edad y repetir el tratamiento cada 2 semanas hasta los 3 meses.
En los gatitos no existe infección prenatal, por lo que el tratamiento antiparasitario debe comenzar a las tres semanas de edad, y repetirse también cada 2 semanas hasta los 3 meses.
Las perras y gatas gestantes deben desparasitarse a partir del día 42 con un antihelmíntico de acción larvicida y las lactantes deben “desparasitarse” al mismo tiempo que la camada.
En los perros y gatos adultos, la infección normalmente no demuestra signos clínicos, por lo que, si no se hacen análisis fecales rutinarios, es difícil saber si un animal está infectado o no.
Antihelmínticos
Los ascáridos son muy prolíficos hasta el punto de que una o dos hembras pueden producir millones de huevos. En consecuencia, si no se hacen análisis coprológicos rutinarios, el tratamiento regular de perros y gatos con antihelmínticos eficaces es una medida adecuada. Teniendo en cuenta los parásitos a controlar, se pueden administrar antihelmínticos de amplio espectro o de espectro reducido a determinados intervalos de tiempo. Por ejemplo, como el periodo de prepatencia de Toxocara spp. es de algo más de cuatro semanas, se recomienda la desparasitación mensual, especialmente en situaciones de alto riesgo: perros que viven en familias con niños y disponen de jardín, porque disminuye el riesgo de infecciones patentes. Se ha comprobado que uno o dos tratamientos antiparasitarios al año no son suficientes para evitar la instauración de infecciones patentes, por lo que se recomiendan, al menos, cuatro desparasitaciones anuales.
Factores de riesgo
Cuando se recomienda un programa de manejo de las parasitosis, los veterinarios deben considerar que existen factores de riesgo que incrementan la probabilidad de que los perros adquieran determinados parásitos. La edad es uno de ellos, pues los cachorros, gatitos y animales viejos tienen más riesgo que los adultos sanos; las perras gestantes pueden transmitir Toxocara canis a sus cachorros y las lactantes, además, también pueden tener una infección patente por T. canis. Por su parte, las gatas pueden transmitir T. cati a los gatitos durante la lactación.
Diagnóstico coprológico
Las infecciones patentes de los nematodos mencionados pueden identificarse mediante el examen fecal. Se necesitan al menos 3-5 gramos de heces que se procesan según técnicas de flotación, sedimentación y examen directo. El grado de infección puede estimarse a partir del número de huevos excretados con las heces, mediante el método de McMaster modificado, pero hay que recordar que en ascáridos y Toxocara parece existir una correlación negativa entre la fecundidad y el número de vermes adultos.
Con objeto de minimizar los riesgos de infección, es conveniente programar tratamientos preventivos. Si no es posible, alternativamente deben hacerse análisis fecales 3-4 veces el primer año de vida del cachorro y 1-2 veces al año en los adultos. Para conocer la eficacia del tratamiento antiparasitario, conviene hacer análisis coprológicos a los 7-10 días del tratamiento. Esta parasitosis es considerada como una importante zoonosis, por lo que debemos dedicar el tiempo suficiente a informar al propietario sobre las medidas de control adecuadas con el fin de prevenir riesgos para la salud pública.