Flor Dessal Marino, DVM, GP Cert SAS
Gattos Centro Clínico Felino
gattos.net
Imágenes cedidas por los autores
La cistitis idiopática felina, también denominada cistitis intersticial por algunos autores, es una patología relativamente frecuente que afecta tanto a machos como a hembras, particularmente dolorosa y, en ocasiones, difícil de diagnosticar.
En este artículo pretendemos encuadrar y concretar en qué consiste el cuadro clínico, cómo se diagnostica esta patología, y, en especial, el tratamiento a corto y largo plazo.
Fisiopatología
Entender el mecanismo por el cual se desencadena esta enfermedad es un reto, ya que como todas las patologías que llevan el apellido “idiopática”, este proceso no está del todo esclarecido.
Parece que está bastante claro que un factor decisivo en la aparición de este cuadro es el estrés (ver cuadro), pero… ¿por qué? Primero, conviene aclarar que el estrés es el desencadenante, no la causa. Esta enfermedad afecta a gatos que tienen un fallo en la respuesta adrenocortical: ante situaciones de estrés, en gatos normales se libera cortisol, que inhibe todo el ciclo (figura 1).
Factores causantes de estrés
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Cuando un gato sufre estrés durante un tiempo, sus niveles de tirosina hidroxilasa (TH) aumentan, y también lo hacen por tanto los niveles de norepinefrina y catecolaminas (se activa el sistema nervioso simpático). Este aumento provoca una alteración de la permeabilidad del urotelio, activando los mecanismos de inflamación mediados por el sistema nervioso. Esta alteración del urotelio permite el paso de sustancias presentes en la orina (protones, potasio), que también activan las fibras nerviosas. Cuando las fibras nerviosas (sensitivas, fibras C) son estimuladas, provocan múltiples reacciones:
El resultado final es la inflamación de la pared vesical que, en muchas ocasiones, se extiende a la pared de la uretra. Como lesiones tisulares aparecen en la luz de la vejiga unos pequeños hematomas, patognomónicos de esta enfermedad, denominados “glomerulaciones”. Las fibras nerviosas envían la señal dolorosa hasta el cerebro, por lo que es consciente. En resumen, tenemos un gato estresado, con una pared de la vejiga muy inflamada, y con mucho dolor.
Queda claro, por todo el mecanismo que acabamos de explicar, que éste es un proceso aséptico, es decir, no entra en juego ningún agente infeccioso.
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Figura 1. Fallo en la respuesta adrenocortical en gatos con cistitis idiopática. |
Signos clínicos
Este cuadro puede ser de tipo crónico o agudo; el cuadro crónico suele ser secundario a un episodio agudo inicial. Al mismo tiempo, puede ser de tipo obstructivo o no obstructivo. Algunos autores apuntan que los cuadros obstructivos solo afectan a machos, pero las hembras también pueden sufrirlos, aunque la incidencia es menor en las hembras debido a que la luz de su uretra es más ancha.
El cuadro no obstructivo muestra signos fácilmente identificables: disuria, periuria, hematuria, poliaquiria, disminución del apetito y cambios de comportamiento y acicalamiento (pueden verse gatos que se lamen insistentemente la zona más caudal del abdomen y los genitales).
En el cuadro obstructivo veremos que el paciente acude a la bandeja continuamente pero no consigue orinar, e incluso adopta la posición de eliminación fuera de la bandeja, pero sin éxito. Este segundo cuadro constituye una urgencia médica, aunque por suerte los síntomas son fácilmente reconocibles por el dueño. En ocasiones, los gatos presentan vómitos a consecuencia de la elevación de los niveles de urea y creatinina, y también debidos al estímulo vagal (sistema nervioso simpático) y a la liberación de sustancia P.
La cistitis idiopática es la causante del 60-70 % de los cuadros no obstructivos del tracto urinario inferior en los gatos de menos de 10 años, siendo la cistitis bacteriana sólo responsable del 2 % de estos cuadros. A partir de los 10 años de edad, estas proporciones se invierten, siendo la infección bacteriana la causante del 50 % de los casos, y sólo el 5 % presentarán cistitis idiopática (en estos porcentajes se tendrían en cuenta gatos que no han presentado cuadros similares antes de los 10 años).
Diagnóstico
El diagnóstico de la cistitis idiopática se realiza por exclusión. Debemos descartar otras patologías que puedan provocar estos síntomas, como la cistitis bacteriana y la urolitiasis.
La radiografía simple nos ayudará a descartar la presencia de cálculos en la vejiga y la uretra. Los urolitos están en su mayoría formados por estruvita (frente a los nefrolitos que en su mayoría se componen de oxalato cálcico) y en muchas ocasiones son radiodensos. Esta radiografía debe estar enfocada en abdomen caudal, para ver con mejor definición la vejiga y la uretra; esta última porción del tracto urinario muchas veces es olvidada a la hora de encuadrar el área que va a ser radiografiada, y sin embargo resulta de vital importancia obtener una imagen de esta zona, ya que es una porción inaccesible mediante otros métodos de diagnóstico por imagen.
La ecografía suele evidenciar un engrosamiento uniforme de la vejiga, aunque en ocasiones si la vejiga está muy distendida este engrosamiento puede pasar desapercibido. En su interior podemos encontrar ecos en suspensión, compatibles con cristales o pequeños coágulos. Sólo si encontramos zonas hiperecogénicas que producen sombra acústica podremos diagnosticar la presencia de urolitos.
Tomaremos una muestra de orina estéril mediante cistocentesis (es el único método válido para realizar un cultivo de orina fiable en el gato); con esa muestra, realizaremos un análisis de orina completo, incluyendo un estudio del sedimento urinario, y un cultivo. En este punto es importante destacar que la presencia de cristales en la orina del gato no justifica un cuadro de cistitis, es decir, no existe una “cistitis por cristales”. La aparición de cristales en orinas concentradas es esperable y no resulta patológico si no llegan a formar cálculos.
El diagnóstico de la cistitis idiopática se debe realizar si no se encuentra otra causa que justifique el cuadro; es decir, se obtiene una radiografía sin alteraciones, una ecografía con el único hallazgo de una pared de la vejiga engrosada, y un cultivo de orina negativo.
El diagnóstico definitivo se realizaría mediante cistoscopia, con la que podría visualizarse la presencia de glomerulaciones en la pared del urotelio. Por desgracia, muy pocos centros cuentan con el equipo necesario, e incluso teniendo acceso a ellos, sólo puede realizarse esta prueba en hembras que tengan una luz uretral mayor a 3 mm.
Tratamiento
El tratamiento de esta enfermedad debe abarcar todos los frentes: por un lado, necesitamos fármacos que reduzcan el dolor, la inflamación y que bloqueen el círculo de estimulación nerviosa, y por otro, debemos reducir el estrés y modificar el entorno del gato para intentar evitar la cronicidad y las recidivas.
Tratamiento médico
No hay ningún estudio que certifique la eficacia de ningún fármaco en el tratamiento de este cuadro. Lo que sí podemos hacer es tratar los síntomas para intentar mejorar el estado del paciente. Es importante destacar que los cuadros de cistitis idiopática no obstructivos se resuelven por sí solos en 5-8 días, sin que el gato precise medicación. Sin embargo, si no se interviene, esos 5-8 días van a resultar muy dolorosos para el gato. Además, se corre el riesgo de que el problema se cronifique.
Como antiinflamatorio se recomienda el uso de antiinflamatorios no esteroideos, en concreto el meloxicam, a una dosis de 0,1 mg/kg, durante unos 7-10 días. Este fármaco, junto con el analgésico, bloquea el ciclo dolor/inflamación que se genera en la pared de la vejiga.
El analgésico de elección es la buprenorfina, a una dosis de 10-30 µg/kg por vía transmucosa oral (TMO) cada 8-12 horas, durante 10 días.
Si existe mucha inflamación se añade un relajante de la musculatura lisa. En el gato obtenemos buenos resultados con el prazosín, a una dosis de 0,25-1 mg/gato cada 8-12 horas, otros 10 días.
En cuadros severos parece que resulta eficaz el uso de antidepresivos tricíclicos, en concreto la amitriptilina, a una dosis de 0,5-1 mg/kg PO al día, preferentemente por las tardes. Se ha observado en distintos estudios que tratamientos cortos con este fármaco incrementan las posibilidades de recurrencia, por lo que se recomiendan tratamientos prolongados (al menos un mes y tras ese periodo ir bajando la dosis progresivamente). Este fármaco puede generar la aparición de efectos secundarios como aumento de peso, vocalización excesiva o disminución del acicalamiento del paciente. En tratamientos prolongados (más de seis meses) pueden aparecer neutropenia y trombocitopenia, por lo que debemos realizar hemogramas al menos cada tres meses.
Se han realizado múltiples estudios acerca de la eficacia de las feromonas faciales sobre esta patología si se aplican en el ambiente. De ellos se deduce que por sí solas no repercuten en la mejoría del paciente, pero sí mejoran en gran medida el cuadro si se unen a un tratamiento médico y a una modificación del entorno. Es importante destacar que el formato en spray parece tener más efecto que la versión en difusor, siempre y cuando se aplique con regularidad.
En Gattos Centro Clínico Felino estamos investigando nuevas líneas de tratamiento para poder intervenir de forma más directa en la inhibición de la señal aferente que emiten las fibras nerviosas.
Modificación ambiental multimodal
La modificación del ambiente resulta igual o más importante en el tratamiento de esta enfermedad que el tratamiento médico.
Para entender cómo debemos modificar el entorno, primero debemos conocer cuál es el estado natural (e ideal) de un gato: los gatos son animales solitarios, territoriales y poco jerárquicos. No forman manadas, sino que conviven en zonas con recursos fiables y mantienen poblaciones estables.
Es fundamental que sus necesidades se vean satisfechas y cada una de ellas debe estar claramente separada de las demás (figura 2).
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Figura 2. Necesidades del gato. |
Necesidades del gato
Comida/bebida
La comida seca debería estar siempre disponible, ya que los gatos suelen comer pocas cantidades, muchas veces al día. Sin embargo, esto en ocasiones no es posible, como en el caso de gatos con sobrepeso o en casas con varios gatos. Resulta interesante para estos casos, y, en general, para todos los gatos, el uso de comederos interactivos: si los utilizan, se evita que coman por aburrimiento, aumenta su actividad diaria y hacemos que la comida sea algo difícil de conseguir, es decir, la convertimos en algo más parecido a una presa (figura 3).
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Figura 3. Juguete interactivo, dispensador de comida. |
También resulta recomendable que si hay varios gatos en la casa, los comederos estén separados unos de otros, al menos un metro.
Varios estudios apuntan que resulta beneficioso para los gatos con cistitis idiopática un aumento de la ingestión diaria de agua, y con ese propósito se ha postulado que los gatos con este cuadro deben ingerir únicamente dieta húmeda (latas, pouch, comida cocinada por nosotros, etc.); esta teoría está actualmente en discusión pero es innegable que es indispensable para el buen funcionamiento renal, por lo que recomendaremos que nuestros pacientes ingieran dieta húmeda a diario. Este tipo de dieta debe estar a temperatura ambiente.
A los gatos les gusta el agua fresca y corriente, y que, preferentemente, se encuentre algo alejada de la comida. Colocar más de un bebedero en distintas localizaciones ayuda a disminuir el estrés, sobre todo en casas “multigato”. Las fuentes diseñadas para mascotas son un muy buen recurso, aunque se ha visto que no aumentan la cantidad de agua que bebe el gato al día (figura 4).
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Figuras 4 y 5. Fuente diseñada para mascota (izquierda) y rascador con vistas al exterior. |
Tanto el agua como la comida deben estar alejadas de la bandeja de arena, preferiblemente en habitaciones distintas.
Eliminación
La bandeja de arena es un punto clave en la modificación del ambiente. En nuestra experiencia, muchos gatos con cistitis idiopática tienen algún problema con su bandeja de arena. Son varios los factores a tener en cuenta: la bandeja debe tener un tamaño acorde al tamaño del gato, a ellos les gusta poder entrar en la bandeja y poder dar vueltas en su interior hasta que deciden el ángulo y el lugar exacto donde van a hacer sus necesidades. Luego necesitan taparlo. Todo esto hace que el gato necesite una bandeja amplia. Las bandejas con borde reducen el tamaño disponible en el interior, por lo que es recomendable retirarlo.
Las bandejas con tapa pueden ser útiles siempre y cuando la limpieza de la arena sea muy frecuente. No es buena idea, sin embargo, la puerta de este tipo de bandejas. Cuando los gatos están dentro se encuentran tan escondidos que casi están atrapados, por lo que puede ser motivo de estrés. El tipo de arena es otro punto clave a la hora de mejorar el entorno del gato. Existen muchos tipos en el mercado pero, sin duda, la arena aglomerante es la preferida por los gatos, ya que es fina, no se les clava en las almohadillas, y resulta muy limpia.
La bandeja de arena debe estar en un lugar de la casa accesible y tranquilo, lejos de máquinas ruidosas (lavadoras…), y bien ventilado. Deben retirarse los excrementos al menos una vez al día.
En cuanto al número de bandejas que debe haber en una casa, depende del número de grupos de individuos que haya. Si sólo hay un gato en la casa, una bandeja es suficiente. Si hay más de dos gatos pero se llevan bien entre ellos, una bandeja sigue siendo suficiente. Sin embargo, aunque sólo haya dos gatos, si su relación no es buena, debe haber al menos dos bandejas de arena. Algunos autores afirman que en cada casa el número de bandejas debe ser igual al número de gatos más una; sin embargo, esto resultaría inviable en una casa con tres gatos o más.
Interacción
La interacción del gato con los miembros de la familia, ya sean humanos, perros, u otros gatos, debe ser lo más placentera posible para el gato con cistitis. Los humanos deben respetar sus tiempos y sus necesidades de contacto. Si hay problemas con otros gatos, el territorio debe estar dispuesto de manera que el gato enfermo tenga la posibilidad de elegir si quiere interaccionar con los demás gatos de la familia, o si por el contrario prefiere permanecer a solas.
No es recomendable introducir nuevos animales en casas con un gato con cistitis idiopática, ya que es muy probable que su nivel de estrés aumente.
Hay muchos casos de estrés generados por gatos que viven en el exterior de la vivienda. El mero hecho de ver a un gato extraño a través de la ventana puede provocar cuadros de estrés y miedo en un gato. Es importante identificar si esto sucede y poner remedio para que no ocurra.
Juego
Los gatos necesitan y deben jugar durante toda su vida. A partir del año, el juego debe ser fomentado por los dueños. Hay muchos juguetes, comerciales y caseros, que entretienen a los gatos. Es importante que el gato no tenga acceso constante a todos sus juguetes, sino que permanezcan guardados y sólo saquemos 2 o 3 cada vez, y los alternemos con otros cada varios días. De esta forma, los juguetes continúan siendo novedosos para el gato. Los juguetes que contienen “catnip” (hierba desecada que induce al juego) suelen resultarles muy llamativos, así como la hierba sola, si la frotamos sobre juguetes o sobre su rascador.
Todos los gatos son juguetones, sólo hay que esforzarse un poco. Los gatos obesos, por ejemplo, suelen tardar más en comenzar a jugar, pero si los dueños tienen la paciencia suficiente y les dan la oportunidad, terminan jugando y disfrutando mucho de esos momentos, que sirven además para mejorar la relación del gato con sus dueños.
Descanso/acicalamiento
Los gatos necesitan lugares tranquilos y preferentemente elevados para descansar (figuras 5 y 6). Esta zona de descanso debe estar separada de la bandeja de arena y de la comida y el agua. En ocasiones, encontramos propietarios que han destinado una habitación entera para el disfrute del gato, donde está todo junto: la comida, el agua, el rascador, la cama, los juguetes y la bandeja de arena. Esto, aunque hecho con la mejor intención, resulta un despropósito absoluto.
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Figura 6. Gato descansando. |
El gato utiliza las zonas de descanso para acicalarse; por tanto, si esas zonas no son apropiadas, su acicalamiento puede disminuir.
También es necesario proporcionarles un material donde puedan afilarse las uñas (figura 5). Este material, que puede variar desde un rascador hasta un tronco de árbol, debe ser una estructura lo suficientemente pesada como para que no se mueva mientras el gato lo utiliza; de lo contrario, el gato buscará otro lugar que cumpla con sus expectativas, en general, el sofá del salón.
Y no debemos olvidar que los gatos pueden tener preferencia por los rascadores verticales o los horizontales, o ambos. Por tanto, debe evitarse que los rascadores se limiten a un palo de sisal colocado en sentido vertical. Colocar dispositivos para que la casa pase a ser un espacio tridimensional ayuda en gran medida a reducir el estrés en los gatos.
Recomendamos las páginas www.catsplay.com y www.pinterest.com/cat-stairs-cat-shelves para encontrar ideas de cómo hacer que las casas sean lugares divertidos y cómodos para los gatos.
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