Muchos centros pequeños con uno o dos veterinarios suelen tener en plantilla un veterinario extra para cuando hacen vacaciones. El tema de reflexión de esta píldora es cuánto cuesta ese veterinario, que puede ser del orden de 18.000 € al año. También hay que comprobar lo que la clínica factura al día, por ejemplo 300 €. Al dividir las dos cifras sale 60: esos son los días de vacaciones que tendrían que irse para justificar tener ese veterinario a tiempo completo.
Si solo se busca tener un mes de vacaciones, que podrían ser 20 días, a 300 € de facturación, eso da 6.000 € de ingresos. Hasta los 18.000 € de coste del veterinario quedan otros 12.000 sin justificar.
Esa es la cuenta que hay que hacer antes de decidir si hay que contratar a alguien. A veces compensa cerrar esos días antes de tener a alguien a tiempo completo o buscar a alguien para una sustitución, aunque no salga tan bien económicamente.