Los loros altruistas
Imagen de maienkindfotografie (Pixabay) Los humanos y otros grandes simios están dispuestos a ayudar a los demás, incluso cuando no se conocen entre ellos. Pero no son los únicos animales en hacerlo. Una nueva investigación muestra por primera vez que los loros grises africanos (Psittacus erithacus) también se ayudan, según informa SINC.
Los loros y cuervos son conocidos por tener grandes cerebros, en relación con el tamaño de su cuerpo, y por su habilidad para resolver problemas. Sin embargo, estudios anteriores ya mostraron que, a pesar de su impresionante inteligencia social, los cuervos no se preocupan por ayudar a otros cuervos. Pero, ¿qué pasa con los loros?
“Encontramos que los loros grises africanos ayudan de forma voluntaria y espontánea a los otros loros a alcanzar una meta, sin una recompensa inmediata para ellos mismos”, dice la autora del estudio Désirée Brucks, investigadora en la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zúrich (Suiza).
Los loros comparten comida con sus compañeros
Para llevar a cabo el estudio, los biólogos separaron a los loros grises (
Psittacus erithacus) y guacamayos de cabeza azul (
Primolius couloni) en dos compartimentos diferentes, uno al lado de otro y con un agujero entre ambos para que se pudieran comunicar. Todos los loros de este estudio ya se conocían al haber vivido juntos durante varios años en la
Fundación Loro Parque en Tenerife antes del estudio.
Una persona se encargó de proporcionar varias fichas a uno de los loros para que las devolviera de nuevo, una a una, al investigador a cambio de un fruto seco. Así, los expertos observaron cómo un loro cedía algunas fichas al loro vecino para que también pudiera conseguir comida. Solo los loros grises africanos lo hacían.
“Era sorprendente ver a los loros motivados para ayudar a otros, incluso si el otro individuo no era su amigo”, dice Auguste Von Bayern, investigadora del Instituto de Ornitología Max Planck (Alemania).
Para los investigadores era sorprendente que los loros ayudasen a sus compañeros desde el principio, sin esperar, aparentemente, una recompensa a cambio. “Después de repetir la sesión varias veces, se podían dar cuenta de que no recibían una compensación por dar las fichas a sus compañeros ya que ellos mismos podían ver cómo la recompensa [los frutos secos] se la estaban dando al loro que entregaba la ficha”, dicen.
Brucks señala que lo importante es que los loros grises africanos parecían entender cuándo se necesitaba su ayuda. Cuando veían que el otro loro tenía una oportunidad de intercambio, pasaban una ficha. “De lo contrario, no lo hacían”, afirmó Brucks.
Los amigos son lo primero
“Los loros transferían menos fichas cuando realizaban la prueba con una pareja menos 'querida' de su grupo. Preferían ayudar a los amigos, pero aun así ayudaron también a los miembros menos conocidos”, cuenta Brucks.
Además, los expertos descubrieron que si el primer participante transfería más fichas, el segundo le devolvía el favor y prestaba más fichas también.
Los investigadores sugieren que la diferencia entre los loros grises africanos y los guacamayos de cabeza azul puede estar relacionada con las diferencias en su organización social en la naturaleza.
Queda por ver lo extendida que está la ayuda entre las 393 especies de loros y qué factores pueden haber llevado a su evolución. Los investigadores dicen que se necesitan más estudios para investigar los mecanismos subyacentes de la conducta de cooperación de los loros. Por ejemplo, ¿cómo saben los loros cuándo uno de sus compañeros necesita ayuda? Y, ¿qué los motiva a responder?
Brucks, D y Von Batern, A. “Parrots Voluntarily Help Each Other to Obtain Food Rewards”. Current Biology. 9 de enero de 2019.
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