Una investigación sobre cómo los veterinarios de atención primaria del Reino Unido abordan el tratamiento inicial de las crisis epilépticas generalizadas caninas ha puesto de manifiesto una serie de lagunas en el cumplimiento de las recomendaciones actuales.
El estudio, publicado en Journal of Small Animal Practice (JSAP), incluye factores potencialmente asociados con la prescripción y elección de medicamentos anticonvulsivos. Usando la Red de Vigilancia Veterinaria de Pequeños Animales, los autores revisaron más de tres millones de historiales electrónicos de más de 200 clínicas veterinarias. Se incluyeron un total de 517 casos, excluyendo a los perros mayores de seis años.
El documento revela que el 13 % de los perros recibieron medicamentos anticonvulsivos en la primera presentación; las probabilidades de administrar medicamentos anticonvulsivos fueron aproximadamente 14 veces mayores en los perros que presentaban convulsiones en racimo. De los perros que presentaron una sola convulsión y al menos un seguimiento de seis meses, el 20 % no registró convulsiones posteriores.
De acuerdo con las recomendaciones del Grupo de Trabajo Veterinario Internacional sobre Epilepsia (IVETF), rara vez se recetaron medicamentos anticonvulsivos después de un único ataque epiléptico. Por otro lado, solo menos de la mitad de los perros que presentaban convulsiones en racimo recibieron terapia inicial con fármacos anticonvulsivos o se les derivó al especialista, lo que resulta sorprendente dado que el IVETF considera que la presencia de crisis en racimo por sí sola es una indicación para iniciar la terapia médica. Esto sugiere las posibles dudas de los veterinarios de atención primaria para iniciar el tratamiento desde el principio.
El estudio también muestra que los fármacos anticonvulsivos más comúnmente seleccionados fueron la imepitoína y el fenobarbital. A pesar de no haber autorización para este fin, la imepitoína se eligió a menudo para el tratamiento de las convulsiones en racimo.
El editor del JSAP, Nicola Di Girolamo, a raíz de estos hallazgos explica: “Estudios como este son fundamentales para comprender cómo los veterinarios de atención primaria cumplen con las recomendaciones actuales. Es posible que sean necesarios esfuerzos adicionales para cumplir plenamente con las recomendaciones del IVETF; ser consciente de estas lagunas es el primer paso hacia la mejora”.
Study reveals gaps in epilepsy guidance compliance. Vn online.