La detección temprana de Dirofilaria immitis en perros infectados experimentalmente ha demostrado que la secuenciación de miRNA puede ser menos efectiva que la detección de antígenos en las etapas iniciales de la infección. Sin embargo, se ha comprobado que los miRNA circulantes son detectables a las 28 semanas posinfección. Estos hallazgos subrayan la necesidad de continuar explorando y perfeccionando las técnicas moleculares para mejorar el diagnóstico temprano de la dirofilariosis en perros.
La dirofilariosis, causada por el nematodo parásito Dirofilaria immitis, es una enfermedad transmitida por diversas especies de mosquitos que afecta a los perros. Tradicionalmente, el diagnóstico de esta enfermedad se basa en la detección de antígenos o microfilarias, o mediante la visualización de gusanos adultos a través de imágenes o exámenes post mortem. Recientemente, se ha explorado el uso de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) y la detección de microARN (miRNA) como métodos diagnósticos.
En un estudio experimental, se infectaron tres perros con Dirofilaria immitis y se realizaron muestreos de sangre cada cuatro semanas durante un período de siete meses. Los análisis incluyeron la detección de antígenos tras un tratamiento térmico, amplificación mediante PCR y examen de microfilarias utilizando frotis gruesos teñidos con Giemsa. Adicionalmente, se llevaron a cabo secuencias profundas de miRNA en alícuotas de sangre completa, seguidas de un análisis bioinformático.
El antígeno de Dirofilaria immitis fue detectable tras el tratamiento térmico a las 20 semanas posinoculación y mediante PCR a las 24 semanas. Las microfilarias fueron observadas en los frotis de sangre periférica a las 28 semanas. No obstante, la secuenciación profunda de miRNA reveló que las secuencias candidatas de miRNA no se expresan consistentemente antes de las 28 semanas de infección.
Aunque los métodos moleculares auxiliares como la PCR y la secuenciación de miRNA pueden ser menos efectivos que la detección de antígenos para identificar las etapas larvales inmaduras en las primeras fases de la infección, los hallazgos experimentales demuestran que los miRNA circulantes pueden detectarse a las 28 semanas posinfección.
Este estudio ofrece una perspectiva valiosa para los veterinarios, resaltando la importancia de la detección temprana y precisa de la dirofilariosis, una condición que, si no se trata a tiempo, puede tener consecuencias graves para la salud de los perros