Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de California (UC) San Diego (Estados Unidos) explora cómo los perros responden a palabras relacionadas con la comida, el juego y el exterior. Los autores, entre los que se incluyen profesionales veterinarios, investiga si los perros realmente comprenden las palabras que escuchan y cómo esto puede influir en su comportamiento.
En los últimos años, el uso de tableros de sonido o botones para "hablar" con los perros se ha vuelto viral en las redes sociales, mostrando a los perros aparentemente entendiendo palabras específicas y respondiendo a comandos. Este fenómeno ha generado preguntas importantes en la comunidad veterinaria: ¿Realmente entienden los perros el significado de las palabras, o solo están respondiendo a señales de contexto?
El equipo de investigación ha llevado a cabo un experimento riguroso para evaluar si los perros pueden asociar palabras específicas con acciones sin depender de otras señales contextuales o del tono de voz de sus dueños. Utilizando dispositivos de comunicación aumentativa inter-especies (AIC), como tableros de sonido, el estudio analizó cinco preguntas principales sobre la capacidad de los perros para reconocer y responder a comandos verbales.
Los hallazgos del estudio son reveladores para los veterinarios que desean entender mejor el comportamiento canino. Los resultados muestran que los perros son más propensos a exhibir comportamientos relacionados con el juego cuando escuchan palabras asociadas a esta actividad, independientemente de si el comando es dado por su dueño o por una persona desconocida. De manera similar, respondieron a palabras relacionadas con el exterior con comportamientos que indicaban interés en salir.
Sin embargo, los perros no siempre mostraron una respuesta consistente a las palabras relacionadas con la comida. Los investigadores sugieren que esto puede deberse a que algunos perros ya estaban saciados antes de las pruebas o porque no esperaban ser alimentados fuera de sus horarios regulares. Este detalle es crucial para los veterinarios que asesoran a los dueños sobre cómo entrenar a sus perros y qué esperar del comportamiento canino en respuesta a diferentes estímulos.
El estudio resalta la importancia de considerar no solo las señales contextuales, sino también las palabras específicas al evaluar el comportamiento y el entrenamiento canino. Para los veterinarios, entender que los perros pueden responder a las palabras en sí mismas, y no solo a los gestos o al tono, puede ser fundamental en el desarrollo de mejores prácticas de comunicación y manejo de comportamiento en clínicas y consultorios.
Además, el estudio ofrece una oportunidad para que los veterinarios participen en estudios de ciencia ciudadana, contribuyendo a la comprensión más profunda del comportamiento canino en entornos naturales, más allá de los laboratorios. La colaboración entre científicos y veterinarios puede mejorar las estrategias de manejo del comportamiento canino y ofrecer recomendaciones más precisas a los dueños de mascotas.
Una parte crucial de los hallazgos es que los perros respondieron de manera similar a las palabras, ya fueran dichas por sus dueños o por una persona desconocida, lo que indica que los perros no se basan únicamente en señales involuntarias proporcionadas por los humanos (como el efecto Clever Hans). Incluso cuando todas las señales contextuales relacionadas con las palabras se eliminaron de la interacción humana con el dispositivo AIC, los perros continuaron respondiendo con comportamientos apropiados al contexto. Esto demuestra que los perros prestan atención específicamente a las palabras grabadas en los botones.
Los resultados de este estudio ofrecen un panorama prometedor para futuros estudios de ciencia ciudadana con esta población de propietarios y sus perros. Los estudios realizados de manera remota podrían ser una herramienta fundamental para estudiar esta gran y geográficamente dispersa población, y mantener el compromiso a largo plazo de los dueños de mascotas con este programa de investigación. No obstante, se recomienda que futuros estudios validen nuevamente los métodos de ciencia ciudadana comparándolos con experimentos realizados en persona por investigadores.