La leishmaniosis canina sigue siendo una de las enfermedades parasitarias más preocupantes en la veterinaria debido a su naturaleza zoonótica y su amplia distribución mundial, especialmente en el sur de Europa. En este contexto, un equipo de investigadores de la Universidad de Bari (Italia) ha publicado un estudio revelador que subraya la importancia de un factor que podría ser determinante en los resultados de los ensayos clínicos relacionados con la enfermedad: la estacionalidad de los títulos de anticuerpos anti-L. infantum en perros.
La leishmaniosis es transmitida por flebótomos, insectos vectores cuyo ciclo de vida depende de las condiciones climáticas. Por esta razón, la transmisión de Leishmania infantum es altamente estacional, aunque el cambio climático viene condicionando esta afirmación en los últimos años. Las tasas de infección son más elevadas durante los meses cálidos, cuando los flebótomos están más activos, lo que se conoce como la “temporada de transmisión” o “temporada de flebótomos”. Durante los meses más fríos, la actividad de estos insectos disminuye.
El estudio realizado en la región de Apulia, en el sur de Italia, mostró que los títulos de anticuerpos contra L. infantum en perros variaban significativamente según la estación del año. En la temporada no transmisora, más del 55 % de los perros evaluados mostraron una reducción en sus títulos de anticuerpos, y casi la mitad de estos perros se volvieron seronegativos, es decir, no presentaban evidencia de infección activa en los análisis serológicos.
El descubrimiento de la variación estacional de los títulos de anticuerpos tiene importantes implicaciones para el diseño y la interpretación de los ensayos clínicos que evalúan la efectividad de nuevos tratamientos y medidas preventivas contra la leishmaniosis canina. Según los autores, ignorar esta fluctuación en los títulos puede generar resultados sesgados y erróneos.
Por ejemplo, si un ensayo clínico se inicia durante la temporada de transmisión y finaliza en la temporada no transmisora, podría parecer que el tratamiento es más efectivo de lo que realmente es. Esto se debe a que la disminución natural de los títulos de anticuerpos podría atribuirse incorrectamente al efecto del tratamiento en lugar de a la disminución de la exposición a los flebótomos.
Por lo tanto, los investigadores sugieren que los ensayos clínicos deben diseñarse teniendo en cuenta este ciclo estacional. Recomiendan iniciar los estudios al final de la temporada no transmisora, cuando los perros pueden ser considerados "verdaderamente seronegativos". Luego, se debe realizar un seguimiento durante la temporada de transmisión para evaluar si los perros permanecen protegidos de la infección. Esto permitiría obtener resultados más precisos y realistas sobre la eficacia de las intervenciones.
Los autores también proponen una segunda estrategia alternativa para el diseño de ensayos clínicos. En lugar de seleccionar perros seronegativos, se podrían incluir perros que ya hayan sido expuestos a L. infantum (es decir, seropositivos), pero que estén clínicamente sanos. Estos animales podrían ser evaluados al final de la temporada de transmisión para determinar si han estado expuestos nuevamente a picaduras de flebótomos, a pesar de haber sido tratados con productos repelentes.
Este enfoque aprovecha el efecto estacional en los títulos de anticuerpos para distinguir mejor entre la efectividad del tratamiento y la variabilidad natural de la respuesta inmunológica. Si al final de la temporada de transmisión los perros muestran un aumento en los títulos de anticuerpos sin signos clínicos, se podría inferir que han sido expuestos nuevamente a los vectores, lo que proporcionaría una medida más fiable de la eficacia de los productos preventivos.
Este nuevo enfoque en el diseño de ensayos clínicos tiene implicaciones significativas para la industria veterinaria y la investigación científica. Adaptar los ensayos a las dinámicas estacionales de la enfermedad permitirá a los investigadores y compañías farmacéuticas desarrollar tratamientos y medidas preventivas más efectivos. Además, los veterinarios que participan en la investigación clínica podrán obtener resultados más precisos y útiles para sus pacientes, mejorando así la prevención y el manejo de la leishmaniosis canina.
La incorporación de la estacionalidad en los estudios también ayudará a optimizar el uso de repelentes y otros productos preventivos, al garantizar que se evalúe su eficacia en las condiciones adecuadas. Esto será especialmente importante en áreas donde los flebótomos presentan un patrón de actividad estacional bimodal, como en el Mediterráneo.
La estacionalidad de los títulos de anticuerpos anti-L. infantum en perros es un factor crucial que no debe pasarse por alto en el diseño de ensayos clínicos para el tratamiento y prevención de la leishmaniosis canina. Incorporar esta variable en los estudios clínicos garantizará resultados más fiables, lo que permitirá desarrollar estrategias de control más eficaces para combatir esta enfermedad potencialmente mortal para los perros. Además, este enfoque contribuirá a mejorar la salud pública, al reducir la transmisión de esta zoonosis a humanos.