Un reciente estudio revela que los perros entrenados con tableros de botones pueden comunicarse de manera deliberada mediante combinaciones de dos palabras. Este hallazgo abre nuevas posibilidades para entender la cognición canina y las capacidades de comunicación interespecies, un área de gran interés para veterinarios, etólogos y amantes de los animales.
Miles de perros domésticos han sido entrenados para usar dispositivos de Comunicación Interespecies Aumentada (AIC), que consisten en tableros con botones de voz pregrabada. El estudio encontró que, a nivel poblacional, los perros realizan combinaciones de dos botones con una frecuencia que no puede explicarse por el azar. Además, estas combinaciones no son simples repeticiones de las acciones de sus dueños.
Los investigadores analizaron una amplia base de datos de presiones de botones y concluyeron que:
Este estudio, que utilizó datos de perros con experiencia en el uso de tableros, también encontró una gran variación individual. Algunos perros mostraron patrones consistentes en sus combinaciones de dos botones, mientras que otros se acercaron más a la aleatoriedad.
Aunque estos hallazgos sugieren que los perros pueden asociar botones con conceptos específicos, queda por investigar el grado de comprensión real de las palabras pregrabadas. La investigación actual se centra en determinar si los perros esperan ciertos resultados tras presionar botones específicos, por ejemplo, presionar "comida" y esperar que se llene su cuenco.
Los veterinarios y profesionales del comportamiento animal pueden utilizar estos avances para explorar nuevas formas de estimulación cognitiva en perros y mejorar la comunicación humano-animal. Este estudio también plantea la posibilidad de identificar qué características, como raza, edad o nivel de entrenamiento, predicen una mayor capacidad para el uso de tableros comunicativos.
La investigación sobre los tableros de botones continúa, con estudios en curso que utilizan grabaciones continuas de video y audio para asegurar registros completos y reducir sesgos en los datos reportados. Esta línea de investigación podría transformar la manera en que los veterinarios y dueños interpretan y responden a las necesidades comunicativas de sus perros.