La monitorización de la frecuencia cardíaca en las mascotas es fundamental para evaluar su salud y bienestar. Sin embargo, los métodos tradicionales, que suelen requerir contacto físico, pueden resultar complicados, especialmente en animales despiertos, ansiosos o en situaciones donde el manejo pueda ser peligroso tanto para el animal como para el profesional.
Un reciente estudio ha presentado un enfoque revolucionario y sin contacto que promete cambiar las reglas del juego: el uso de videos faciales e imágenes de fotopletismografía (iPPG) para medir la FC de perros y gatos.
El método consiste en grabar un video del rostro del animal y extraer la señal de iPPG directamente de los datos visuales, sin necesidad de dispositivos invasivos. Este sistema fue validado comparando sus resultados con los obtenidos mediante un electrocardiograma (ECG), el estándar de oro para medir la FC. Los experimentos realizados en un laboratorio controlado demostraron una precisión notable, con errores absolutos promedio de apenas 2,94 latidos por minuto (LPM) en perros y 3,33 LPM en gatos bajo luz natural. Bajo luz artificial, la precisión fue incluso mayor en gatos, con un error promedio de 2,33 LPM.
Este avance ofrece un método simple, económico y no invasivo para la medición de la FC, eliminando el estrés y la incomodidad asociados a las técnicas convencionales. Además, resulta especialmente útil en animales sensibles o difíciles de manejar, como aquellos en recuperación o con problemas de ansiedad. El diseño del sistema, basado únicamente en tecnología de video, también lo hace ideal para su implementación en clínicas veterinarias, refugios y hogares.
Más allá de su precisión y facilidad de uso, esta tecnología tiene el potencial de revolucionar el estudio del comportamiento y bienestar animal. Su capacidad para medir la FC sin interrumpir los ritmos naturales del animal lo convierte en una herramienta valiosa para la investigación en entornos abiertos y experimentales.
El estudio subraya la importancia de desarrollar tecnologías que respeten el bienestar de las mascotas, tratándolas como miembros integrales de la familia moderna. Con este método, veterinarios y familias tendrán acceso a datos fiables que faciliten la toma de decisiones informadas sobre el cuidado de sus mascotas, promoviendo una atención más compasiva y personalizada.
Este avance abre la puerta a una nueva era en la monitorización de la salud animal, donde la tecnología y el respeto por el bienestar se combinan para mejorar la calidad de vida de nuestras mascotas. Sin duda, un paso adelante en el camino hacia una medicina veterinaria más innovadora y humana.