La cirugía laparoscópica se consolida cada vez más en la medicina veterinaria como una técnica mínimamente invasiva que ofrece notables beneficios en comparación con los métodos quirúrgicos tradicionales. Un estudio reciente comparó el dolor posoperatorio y el estrés en perras y gatas sometidas a ovariohisterectomía abierta frente a la misma intervención asistida por laparoscopia, destacando una recuperación más rápida y menos dolorosa con esta última técnica.
La investigación de este estudio involucró a 40 perras sanas que fueron asignadas aleatoriamente a dos grupos: uno sometido a ovariohisterectomía abierta y otro a ovariohisterectomía asistida por laparoscopia. Los resultados mostraron que las pacientes operadas con laparoscopia presentaron niveles de dolor significativamente más bajos en las primeras horas después de la cirugía. Además, los niveles de cortisol, un indicador clave de estrés, también fueron menores en este grupo.
Pese a las diferencias en el dolor y el estrés posoperatorio, no se encontraron diferencias significativas en el tiempo quirúrgico ni en las complicaciones entre ambas técnicas. Estos hallazgos sugieren que la laparoscopia, al ser menos invasiva, minimiza el trauma tisular, facilitando una recuperación más cómoda para los pacientes.
Aunque el estudio se centró en perros, los investigadores concluyen que esta técnica también resulta prometedora en gatos. La ovariohisterectomía asistida por laparoscopia podría convertirse en el estándar para cirugías electivas en pequeños animales a medida que el equipamiento y la formación en laparoscopia estén más disponibles en las clínicas veterinarias.
La cirugía laparoscópica representa una evolución en la atención quirúrgica veterinaria, brindando una opción que mejora el bienestar animal sin comprometer la eficiencia de los procedimientos. La implementación de esta técnica podría marcar una diferencia significativa en la práctica diaria y en la calidad de vida de los pacientes quirúrgicos.