José Rodríguez
PhD, Dp Oftalmología Veterinaria
La mayoría de los problemas oftalmológicos que sufren las mascotas pueden y son diagnosticados y tratados correctamente por los veterinarios generalistas empleando pocos medios. Para conseguir el éxito es fundamental la observación con detenimiento de las lesiones que se observan, buscando una explicación que justifique estos signos clínicos con el fin de instaurar el tratamiento apropiado.
Pero en ocasiones es necesario contar con aparatos e instrumental más sofisticado para poder detectar el origen del problema, sobre todo cuando se superponen varios problemas.
Por ejemplo, un caso de un cachorro de 6 meses muy juguetón que acude a la consulta de su veterinario con signos de dolor ocular, blefarospasmo, fotofobia, hipersecreción lagrimal (Figura 1). En la exploración de los párpados no se detecta ninguna alteración que justifique el dolor ni la lesión corneal superficial que se observa en la parte central de la córnea (Figura 2).
La sospecha diagnóstica es fácil. El dolor es causado por la lesión corneal, que expone las ramas sensitivas del trigémino, como consecuencia de un golpe jugando. Con un tratamiento médico basado en un colirio de cloranfenicol y lágrimas artificiales debería ser suficiente para conseguir la curación en pocos días.
Con el paso de los días la lesión va mejorando, pero el paciente sigue con dolor. Pero como han pasado diez días y no ha cicatrizado se cambia el tratamiento y se prueba con otro antibiótico y se añade un ciclopléjico para controlar el dolor. Pero dos semanas más tarde el paciente sigue con dolor a pesar de que la lesión corneal ha cicatrizado, y el propietario se empieza a poner nervioso.
El origen del problema estaba en una pestaña ectópica que emergía por la parte interna del párpado superior, imposible de ver a simple vista o con dificultad empleando un oftalmoscopio directo en un cachorro nervioso como este paciente.
Cuando se observa una lesión corneal en la zona central y superior de la córnea se debe explorar con meticulosidad y magnificación la cara interna del párpado superior, en la zona media y aproximadamente a 5 mm del borde palpebral porque allí es donde se puede observar un cilio ectópico que es el causante del problema (Figura 3).
Los oftalmólogos veterinarios están al servicio de los veterinarios generalistas para ayudarles en el diagnóstico y tratamiento de las lesiones oculares por sencillas que parezcan para establecer un diagnóstico certero y enfocar correctamente el tratamiento. Pero también lo están para colaborar cuando se desconoce el origen, cuando no evolucionan como estaba previsto inicialmente, cuando la lesión se encuentra en el interior del ojo o cuando el paciente pierde la visión.
Algunas de las enfermedades y lesiones frecuentes que se observan en la clínica y que se deben consultar y/o remitir a un especialista antes de que sea demasiado tarde pueden ser:
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