Belén Montoya
Especialista en medicina felina - @pensandoengato
Cuando un paciente felino tiene signos digestivos crónicos y nuestra sospecha principal es de enfermedad intestinal inflamatoria (IBD, por su siglas en inglés inflammatory bowel disease) asumimos que su diagnóstico diferencial principal es con el linfoma de bajo grado (LBG).
En numerosas ocasiones he escuchado la frase de que, una vez llegado al punto anterior, no hace falta profundizar en el diagnóstico, ya que ambas al final se tratan igual.
Sin embargo, aunque gran parte de los gatos con estos signos, tengan una buena respuesta a corticoide, hay motivos de peso que nos demuestran que debemos intentar llegar al diagnóstico final de la enfermedad que presenta nuestro paciente.
Uno de ellos es que existen varios tipos de enfermedad intestinal inflamatoria, cada uno de ellos con distinto enfoque diagnóstico y por supuesto, terapéutico.
En un intento de clasificar las patologías digestivas crónicas en base a la respuesta médica, se denominan enteropatías crónicas1, 2, 3, 4:
La enfermedad intestinal inflamatoria por tanto es una de ellas.
No. En la enfermedad intestinal inflamatoria, existe un incremento de células de tipo inflamatorio en la mucosa intestinal, bien de forma difusa en todo el intestino delgado incluso estómago y/o colon, aunque no siempre tiene por qué estar distribuida de forma uniforme. También puede presentarse solo en algunos tramos o incluso en parches5.
Este infiltrado no siempre será de linfocitos maduros y células plasmáticas, existen otros tipos de enteritis como son la enteritis eosinofílica y la enteritis neutrofílica, pudiendo presentarse infiltrados mixtos por varios tipos de células inflamatorias1, 2, 4, 5, 6, 7, 8.
Tenemos que pensar que en la mayoría de las ocasiones el origen de la enfermedad intestinal inflamatoria será idiopático, ya que no se conocen todavía a fondo las causas que llevan a producirla.
Sin embargo, existen varias patologías (desde la parasitosis hasta el hipertiroidismo), que pueden producir infiltrados inflamatorios a nivel de la mucosa intestinal, por lo que es fundamental que hayamos hecho un buen protocolo diagnóstico previo antes de asumir que nuestro paciente tiene una enteropatía crónica.
Tipo de enteritis | Asociación | Observarciones |
LINFOPLASMOCITARIA | Hipertiroidismo
| |
EOSINOFÍLICA | Parasitosis
| *Presentación en forma de masas a nivel intestinal. El infiltrado puede estar localizado en zonas del intestino adyacentes. |
NEUTROFÍLICA | Erosiones y/o friabilidad de la mucosa
| *En biopsias de colon. |
HISTIOCÍTICA (Macrófagos) | Peritonitis infecciosa felina
|
Tabla 1: Tipos de inflamación y patologías asociadas3, 4, 7, 9.
Por este motivo es tan importante tener en cuenta edad del paciente, estilo de vida, medicina preventiva, dieta, enfermedades concomitantes, tratamientos previos… y en caso necesario descartar previamente parasitosis, realizar una correcta dieta de eliminación y determinar si presenta alguna patología no gastrointestinal no tratada que pueda cursar con signos digestivos.
Realmente casi todos los hallazgos ecográficos se solapan. Los más relevantes y comunes a todos los tipos de enteropatías suelen ser7, 10, 11:
No hay ninguno que haya demostrado ser específico para el diagnóstico de ninguna de ellas. No obstante, si que se han asociado algunos hallazgos a ciertas enteropatías:
En caso de observarse pérdida de estratificación o masas focales, si nuestro paciente presenta signos crónicos, la sospecha principal es de linfoma digestivo de bajo grado, ya que los otros tipos de linfoma alimentario (linfoma de grado alto y linfoma de linfocitos granulares grandes) suelen presentar un curso más agudo, pero también puede tratarse de una fibroplasia esclerosante felina, que aunque no se considera una enteropatía crónica pero también está asociada a signos crónicos como pérdida de peso y vómito y masas en la región cercana al píloro, unión ileocecal y colon13.
En el caso de la enteritis neutrofílica, existen todavía muy pocos datos sobre los hallazgos clínicos y ecográficos asociados1, 4, 9.
La presencia de alteraciones ecográficas en enteropatías crónicas no está en absoluto correlacionada con la localización de la inflamación, es decir, aunque veamos engrosada la muscular no indica que la lesión se encuentra en esta12. Esto puede deberse a la inflamación de dicha capa secundaria a la liberación de citoquinas, no a la infiltración por células tanto inflamatorias como tumorales siendo de una gran importancia a la hora de planificar el diagnóstico.
La recomendación es que se haga siempre que sea posible, teniendo en cuenta el estado del paciente, otras comorbilidades que puedan complicar la intervención y las posibilidades del tutor.
En el caso de que exista cualquier limitación que impida llegar a él, se deben valorar todos los posibles tipos de enteropatía y realizar un plan diagnostico alternativo, que puede incluir desde el diagnóstico molecular en heces de algunos patógenos hasta ensayos terapéuticos con corticoides.
En resumen, ante la sospecha de que un paciente felino pueda tener una enteropatía crónica, previo descarte de otras enfermedades, debemos plantearnos que existen varios tipos más allá de la enteritis linfoplasmocitaria y el linfoma de bajo grado.
El correcto diagnóstico del tipo de enteropatía será la clave para instaurar un tratamiento enfocado a tratar la posible causa, como es en el caso de las patologías infecciosas, y garantizar el éxito de la terapia.
En la segunda parte del articulo hablaremos de cuales son los criterios para elegir correctamente la técnica de toma de muestras y que pruebas complementarias nos pueden ayudar en la obtención de diagnóstico definitivo.