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Parálisis laríngea: diagnóstico, tratamiento y seguimiento

Esta patología se puede tratar con fármacos o bien mediante cirugía, para lo que se recomienda la lateralización del aritenoides como técnica de primera opción.


La parálisis laríngea es una afección obstructiva de las vías respiratorias superiores. Es la incapacidad parcial o total de los cartílagos aritenoides de abducirse durante la inspiración estos no son capaces durante la inspiración de abrirse y permitir el paso del aire.

La parálisis laríngea puede ser congénita hereditaria o adquirida. Esta última suele ser idiopática, aunque puede ser secundaria a un traumatismo o enfermedad (polineuropatías, miopatías, hipotiroidismo y neoplasias) o yatrogénica tras una cirugía.

Etiología

El origen de la disfunción en la abducción del cartílago aritenoides se suele localizar en la inervación de la laringe que se traduce en una atrofia neurogénica de los músculos intrínsecos de la laringe, en concreto del músculo cricoaritenoideo dorsal que es el responsable de la abducción del cartílago aritenoideo.

Existen distintas presentaciones de esta patología. La presentación más común es la forma adquirida, la parálisis laríngea idiopática en la que hay una mayor predisposición en razas medianas y grandes, normalmente de edad avanzada (mayores de diez años). Esta clase de parálisis es la que más se informa en el caso de Labrador Retriever, Golden Retriever, San Bernardo y Setter irlandés. Así mismo se ha reportado en gatos.

También existe una presentación congénita, pero es la menos frecuente. La forma hereditaria se ha descrito en el Bouvier de Flandes con signos clínicos entre los 2 y los 6 meses y en el Husky Siberiano y sus cruces. En Dálmatas jóvenes, se ha asociado a una polineuropatía generalizada'. Además de la forma idiopática y la hereditaria también se han descrito otras etiologías como la traumática, la neoplásica y la yatrogénica

Síntomas

Los síntomas más frecuentes que alertan al propietario son principalmente estridores inspiratorios progresivos, cambios de voz e intolerancia al ejercicio. Estos animales pueden mostrar también aumento del estridor, disnea, cianosis, tos, atragantamiento, vómitos, inquietud y ansiedad. Algunos son asintomáticos en reposo. La obesidad, el ejercicio, la excitación y las altas temperaturas ambientales pueden exacerbar los signos. La parálisis laríngea aparece en, aproximadamente, un tercio de los perros con colapso traqueal. Todos los animales con parálisis laríngea tienen riesgo de neumonía por aspiración de alimento y saliva.

Diagnóstico

  • Mediante presentación clínica; síntomas respiratorios y/o síntomas neurológicos.
  • Diagnóstico ecográfico.
  • Endoscópico (fundamental).
  • Hallazgos de laboratorio; realizar analíticas sanguíneas (T4, TST, colesterol).

Tratamiento

La parálisis laríngea es una patología que se puede tratar con fármacos o bien mediante cirugía. En este último caso y dados sus buenos resultados, recomendamos la lateralización del aritenoides como técnica de primera opción.

Existen distintas técnicas para su resolución: la lateralización aritenoidea; la reinervación laríngea; la laringectornía parcial; la ventriculocordectornía; la aritenoidectomía parcial y la laringofisura castelleada. Sin embargo, la que parece proporcionar resultados más satisfactorios es la lateralización unilateral del cartílago aritenoides.

La lateralización aritenoidea se puede llevar a cabo mediante procedimientos quirúrgicos distintos, pero en todos ellos se persigue un mismo objetivo: abrir la entrada de la laringe.

  • Laringe con una rimaglotis cerrada.

  • Laringe después de lateralización.

Seguimiento

En el postoperatorio, estos animales deben mantenerse en observación continua por si apareciesen signos de insuficiencia respiratoria por obstrucción de las vías aéreas. Puede aparecer tos y atragantamientos. La prioridad es la oxigenación del paciente y vigilar la posibilidad de un edema laríngeo.

Un alto porcentaje de los pacientes sometidos a aritenoidectomía parcial desarrollan neumonías u obstrucción de vías aéreas. Sin embargo, con una técnica adecuada y experiencia en la intervención, los resultados pueden ser excelentes.

Las familias con frecuencia describen que su mascota “se está haciendo mayor y se vuelve más lenta” y atribuyen esto simplemente a una situación relacionada con la edad. En perros con parálisis laríngea, este enlentecimiento está posiblemente relacionado con la deficiencia del flujo de aire hacia el interior de los pulmones debido al compromiso de la laringe. Muchas familias informan que la mascota “rejuvenece” después de corregir quirúrgicamente el problema de la vía respiratoria.

Referencias

  1. Fossum T.W; Cirugía en pequeños animales 5 ED
  2. Actualidad en el diagnóstico y tratamiento de la parálisis laríngeaRevisión de las técnicas quirúrgicas. Jorge Llinás Ceballos; Roberto Dario Marco Bussadori ; Luis García Sanz; Beatriz Belda López; Juan Flores Gámez; Gabriele Di Salvo
  3. Manual de cirugía de tejidos blandos en pequeños animales. Karen Tobías.