Según publica Science Daily, este trabajo de investigación, llevado a cabo por el Instituto Roslin de la Universidad de Edimburgo, ha identificado un número de firmas genéticas asociadas a la resistencia de la tuberculosis en las vacas que permanecían sanas.
El estudio se ha basado en una investigación previa del Instituto Roslin, en el que se mostró que el ganado vacuno podría ser más resistente a la tuberculosis bovina como resultado de su composición genética. Los investigadores del Instituto Roslin han afirmado que el último hallazgo es significativo, ya que podría aclarar si podría ser factible para mejorar el control de la tuberculosis a través de la cría selectiva.
El equipo de investigación utilizó las últimas técnicas de identificación de genes para comparar los genes de hembras Holstein-Friesians sanas e infectadas.
La tuberculosis bovina está causada por una bacteria llamada Mycobacterium bovis, que no solo afecta al ganado vacuno, sino a otras especies ganaderas y a animales salvajes, además de constituir un riesgo también para humanos.
A pesar de los intensos esfuerzos que se han hecho durante décadas, la tuberculosis bovina continúa teniendo un gran impacto en la ganadería de todo el mundo, y afecta de forma considerable a la rentabilidad de la granja y al bienestar animal.
Esta última investigación, financiada por el Biotechnology and Biological Sciences Research Council (BBSRC) y la Unión Europea, se ha publicado en la revista Heredity.
Investigadores del Instituto Roslin trabajaron en este proyecto junto a compañeros del Instituto de Agri-Food y Biosciences y de la Universidad de Queen Belfast.
El perfeccionamiento de los predictores genómicos de la resistencia a la tuberculosis en ganado vacuno será el objetivo de una nueva investigación financia por el BBSRC y llevada a cabo por el Instituo Roslin, el AFI y el Scotland’s Rural College.
Los resultados del trabajo indican que las diferencias entre los genes de los individuos no es sólo el único factor determinante para adquirir la enfermedad, sino que existen varios factores ambientales, así como diferencias en la bacteria, que causa la enfermedad que también pueden afectar a la susceptibilidad. Si es posible elegir animales con genotipos más resistentes a la tuberculosis, esta información podría aplicarse en los nuevos programas de mejora genética además de otras estrategias de control.