Además del desarrollo mamario, los dueños de caballos también podrían ver la cera que se produce cuando el equilibrio de las hormonas cambia para dar señales del parto. Antes del nacimiento normal de un potro, los progestágenos de la madre aumentan y luego se nota un marcado descenso, desencadenando así el parto.
Si hay un problema con el embarazo y el feto está estresado, la producción de progestágeno en la placenta inicialmente aumenta y después, a menudo, se reduce de manera significativa inmediatamente antes de un aborto. La terapia hormonal podría "engañar" al cuerpo de la yegua y éste mantendría el feto adentro.
"En el momento en que vemos desarrollo mamario prematuro, los estrógenos y progestágenos han disminuido y han aumentado, respectivamente" informó Volkmann. "Si podemos hacer que la yegua ´crea´ que estas fluctuaciones agudas en las concentraciones de progestágeno nunca sucedieron, y ella está llevando un potro viable, podemos detener la cascada que culminaría en el aborto del feto."
Volkmann ha tenido éxito con este enfoque en las yeguas que han concebido gemelos. Debido a que las placentas de los dos fetos suelen diferir en el tamaño, el feto con la placenta más pequeña suele morir durante el tercer trimestre de gestación, cuando la placenta más pequeña no puede sostener el feto.
La angustia inicial del feto desnutrido (causa que las concentraciones de progestágenos aumenten), seguida de su muerte (que causa que las concentraciones de progestágenos caigan considerablemente), provoca el aborto de ambos fetos.
"El gemelo más grande casi siempre está vivo en el momento en el que se aborta al más pequeño", señaló Volkmann. "Si todavía hay un latido de corazón fetal, todavía hay un feto que pueden ser rescatado."
Volkmann inyecta progesterona por vía intramuscular en el aceite cada 12 horas, o administra por vía oral, altrenogest (Regumate) cada 12 horas. Mientras que la ubre siga siendo grande, pero el feto todavía es viable, se continuará llevando a cabo la misma dosis de hormonas. Si la ubre se hace más pequeña, se reducirá la dosis en un 10-20% cada dos días.
Algunas yeguas sólo requieren de unas semanas de tratamiento, mientras que otras requieren un tratamiento durante todo el resto de la preñez.