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Lyon se convirtió durante los pasados días 13 al 15 de mayo en la capital mundial de la veterinaria. La Conferencia 2011 sobre Educación Veterinaria congregó a numerosos docentes, expertos y responsables de la enseñanza de esta profesión que, hace 250 años, comenzó a impartirse como ciencia. Y precisamente se celebró en Lyon, donde Claude Bourgelat creó la primera escuela veterinaria del mundo en 1761.

Bajo la sombra académica de esta gran figura se celebraron unas jornadas marcadas por la ilusión de ofrecer nuevas y esperanzadoras vías a la educación veterinaria. Estuvieron representados los principales organismos, como la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE), con su presidente Bernard Vallat a la cabeza; la Asociación Mundial de Veterinaria y sus diversas asociaciones continentales, la Federación de Veterinarios de Europa, asociaciones internacionales de educación veterinaria y representantes de la Unión Europea, entre otras. Además, asistieron numerosos representantes nacionales de Vet2011, decanos de facultades de los cinco continentes, catedráticos, profesores y expertos en la materia.

Escultura en memoria de Claude Bourgelat, en la Facultad de Veterinaria de Lyon

La educación online fue uno de los temas estrella
Las jornadas comenzaron con fuerza el mismo viernes, 13 de mayo, con la exposición de trabajos por parte de representantes de países de los cinco continentes, que ofrecieron interesantes puntos de vista sobre sus respectivos modelos educativos. El sábado tuvo lugar una sesión continua de “tormenta de ideas” sobre las necesidades, estrategias y pasos a seguir para el futuro de la educación veterinaria.

La educación online de la veterinaria fue uno de los temas estelares de las sesiones. Para la OIE, la formación continuada es una de las claves del futuro e Internet es el soporte básico para este horizonte educativo. Una de las propuestas para recapacitar en esta línea fue la de erradicar el término e-learning, que a juicio de algunos expertos no consigue conectar con la población estudiantil de manera eficaz.

Otros expertos alertaron sobre la necesidad de impulsar la enseñanza veterinaria en dos sectores con carencias: aves y porcino. Incrementar los intercambios de estudiantes entre las facultades del mundo, con un mínimo de paridad cualitativa entre las universidades; favorecer la integridad y la movilidad para los organismos colegiales; evaluar la calidad del personal de servicios veterinarios y establecer unas normas de calidad que sean de cumplimiento nacional e internacional fueron algunas de las ideas que se expusieron a lo largo del sábado.

Una de las preocupaciones, traducida en resolución, aludía al aumento de la calidad de los servicios veterinarios nacionales “al acreditar únicamente a veterinarios que se han graduado tras cursar programas educativos de alta calidad”.

Hay que armonizar los programas educativos
Entre las catorce resoluciones destacó, precisamente, la última de ellas: Que los países y regiones impulsen la colaboración entre los organismos colegiales de veterinaria o agencias de acreditación regionales o nacionales con el fin de “armonizar la evaluación de los programas educativos y favorezcan la integración de los servicios veterinarios, así como la movilidad de los veterinarios en el ámbito regional”.

Las sesiones se celebraron en el campus de la escuela veterinaria VetAgro Sup, cuyo máximo responsable, el doctor Alain Mérieux, se encargó de clausurar. El domingo día 15, los asistentes pudieron disfrutar de un programa social por la ciudad de Lyon.