Rafael Argueta López [1] y Rafael Argueta García [2]
Datos de contacto de los autores al final del artículo
Dentro de los avances de la anestesiología ha surgido el concepto de la anestesia balanceada, equilibrada o multimodal, que más que introducir nuevos fármacos utiliza los ya existentes de una manera diferente a la tradicional, manteniendo la intención de todo procedimiento anestésico, es decir, lograr un estado de inconsciencia, inmovilidad, analgesia, liberación del estrés y protección neurovegetativa, con recuperación suave y rápida [1,2]. Se administran simultáneamente fármacos de diferentes grupos (tranquilizantes, analgésicos, relajantes musculares y anestésicos generales y locales, entre otros), a bajas dosis, potenciando sus efectos deseados y disminuyendo los efectos adversos dado que se usan en dosis reducidas [3-5].
Una de las principales causas de muerte durante los procedimientos quirúrgicos la constituyen los riesgos anestésicos, caracterizados por depresión cardiaca y respiratoria, hipotensión, disminución de la perfusión tisular y shock, que pueden culminar en la muerte del animal. Por este motivo, se hace necesario implementar nuevos protocolos anestésicos más seguros y eficaces, y a este requerimiento responde la anestesia balanceada o multimodal [6].
Según estudios realizados, la tasa de mortalidad en equinos sanos sometidos a cualquier tipo de anestesia general para procedimientos de rutina es de 0,6-1,8 %, porcentaje que aumenta cuando hay complicaciones sistémicas [7]. A pesar de lo anterior, es sabido que la anestesia inhalada ofrece mayor seguridad que la inyectada, pero cuando esta no se puede realizar debe disponerse de protocolos de anestesia general fija eficaces y seguros para cada paciente. En tal sentido, es necesario evaluar de manera experimental toda asociación que se proponga en la especie de interés, lo que permite determinar los riesgos generados por cada una, así como los beneficios alcanzados.
El examen físico completo, es muy importante para garantizar el estado de salud del animal y para obtener los parámetros fisiológicos antes de la medicación. Los protocolos deben presentar una excelente y segura premedicación, inducción y mantenimiento, así como canalización endovenosa para la terapia de líquidos, que en este caso es necesaria para la TIVA, hasta la recuperación del equino.
Reporte de caso
En el mes de junio se solicitan los servicios de anestesiología (autor), para realizar una intervención quirúrgica en un caballo sano (se le realizaron todos los exámenes de rutina y examen físico), clasificándolo como ASA 1, el cual presentaba un absceso en la región abdominal causado por mordedura de canino. Un médico veterinario de la zona lo trató con antibióticos, pero el cuadro avanzó hasta alcanzar un volumen considerable, por lo que pide una segunda opinión y llega con nuestro cirujano del equipo. Decidimos tratar quirúrgicamente el absceso, con el método tradicional; obviamente, para ello se requirió mi intervención para inducir anestesia general balanceada, para la cual utilicé un método TIVA por el cual, previa asepsia y canalización, se administraron:
El total de tiempo de anestesia fue de 1 hora, lo recomendado en este tipo de intervenciones según la literatura consultada por los autores.
Hallazgos fisiológicos intraoperatorios (monitorización)
Al inicio de la anestesia en este reporte de caso, la frecuencia cardiaca en el equino se encontró entre 40-56 ppm y fue oscilando durante procedimiento, con tendencia al aumento durante la fase anestésica. La frecuencia respiratoria al inicio estuvo entre 12-14 rpm, pero con la inducción disminuyó, sin representar ningún problema, por un momento y después regreso cerca del parámetro fisiológico y así se mantuvo durante el plano quirúrgico hasta el inicio de la recuperación. Los reflejos estuvieron presentes en el paciente equino antes de iniciar el proceso anestésico y en la premedicación, y ausentes durante el plano quirúrgico por la inconsciencia.
La inducción fue suave, el paciente equino entró en inconsciencia sin mostrar movimientos o nerviosismo, y fue rápida (2-10 minutos). El tiempo de recuperación registrado de este paciente fue de 15 minutos y la recuperación total estuvo en unos 40 minutos. Teniendo en cuenta que el mantenimiento anestésico se hizo durante 30 minutos, y con el tiempo de recuperación total, se puede afirmar que el tiempo de anestesia fue corto lo que es deseado en esta especie.
Durante el plano III el paciente estuvo en decúbito lateral, con buena relajación muscular, ausencia de los reflejos masticatorio y deglutorio, lo que permitió la intubación. Hubo giro del globo ocular sin reacción al ruido o al tacto, la pérdida del reflejo deglutorio fue satisfactoria, motivo principal de los errores que se llegan a reportar para lograr una intubación endotraqueal.
Conclusiones
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Bibliografía de referencia
Argueta L. R., Argueta G. R. Tramadol en asociación con paracetamol en asociación polimodal en equinos en el control del dolor agudo posoperatorio. 2013. http://www.engormix.com/MA-equinos/sanidad/articulos/tramadol-asociacion-con-paracetamol-t4650/165-p0.htm
Muir WW, Yamashita K. Balanced anesthesia in horse. Proceedings of the Annual Convention of the Association American Equine Practitioner 2000;48:98-99.
Mama K. Manejo anestésico del equino: anestesia intravenosa;Department of clinical sciences, college of veterinary medicine and biomedical sciences, Colorado State University, Fort Collins, Colorado, USA. 2011
Hubbell JAE, Aarnes TK, Bednarski RM, Lerche P, Muir WW. Effect of 50 % and maximal inspired oxygen concentrations on respiratory variables in isoflurane-anesthetized horses. BMC Veterinary Research 2011;7(23):2-11.
García A, Sumano H, Núñez E. Bases farmacológicas de la anestesia general endovenosa de corta duración en el equino. Universidad Nacional Autónoma de México 2002;33:309-333.
Mcmurphy rm, young le, marlin dj, et al. comparison of the cardiopulmonary effects of total intravenous anesthesia with romifidine, guaiphenesin, and ketamine vs halothane in horses. in: proceedings of the ann mtg am coll vet anes 1998; 13
Branson, K.R., M.E. Gross. 1994. Propofol in Veterinary Medicine, J.A.V.M.A. 204: 1888-1890.
Datos de los autores
1. Autor: Rafael Argueta López
M.V.Z., M. en C. Educ. Sup. Dipl. enAnest. Vet., Dipl. En Cardiol. dePeq. Esp, Dipl. En Odontol. De Peq. Esp., Dipl. En Acup., Dipl. En Clín. Del Dol., Dipl. En Med. Y Cir. De Peq. Esp.Est. Ms. Anesth. Vet.
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Toluca, Estado de México. Práctica privada. Anestesiología Veterinaria. Académico, Instructor e Investigador Independiente.
2. Coautor: Rafael Argueta García
M.C. Esp. En Anest. Gral. Y Ped.
Jubilado del Departamento de Ciencias Biomédicas, con 36 años de trabajo en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Toluca, Estado de México. Académico-exclusividad de tiempo completo definitivo. Jubilado de la Jefatura, Adscripción de el servicio de Anestesiología Pediátrica con 39 años de servicio en el Hospital para el Niño del DIFEM. Toluca, Estado de México.
Correspondencia: Priv. De José Mariano Jiménez no. 106. Colonia Morelos. C.P. 50120. Toluca, Estado de México. Email: ravetmx13@hotmail.com