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Un artículo* publicado recientemente en el Veterinary Journal hace un repaso de los factores que producen la dermatitis atópica canina y los protocolos de diagnóstico y tratamiento de este problema, que por otra parte es algo muy común en los pacientes de los centros veterinarios de animales de compañía.

Existen numerosos factores desencadenantes de la dermatitis atópica canina, que contribuyen a que se presenten los síntomas de inflamación cutánea y prurito. La estrategia terapéutica debe centrarse en controlar esos factores causales: infecciones, ectoparásitos, alergias… Y en aliviar los síntomas de inflamación cutánea y prurito.

Según explican los autores del estudio, los ectoparásitos no son la causa directa de la dermatitis atópica, sino que constituyen un factor coadyuvante para que se exacerbe el prurito, sobre todo las pulgas. Así, una de las estrategias de prevención frente a este problema dérmico es seguir un protocolo de desparasitación profiláctico.

Las infecciones por bacterias y levaduras producen con frecuencia dermatitis. En estos casos los tratamientos de inicio a tener en cuenta pueden ser sistémicos y tópicos, seguidos de tratamientos tópicos que eviten las recidivas.

Respecto a la dermatitis atópica causada por hipersensibilidad alimentaria se deben llevar a cabo pruebas de eliminación y, una vez determinada la causa de la hipersensibilidad, utilizar dietas hipoalergénicas adecuadas. Si hablamos de alergias ambientales, se pueden instaurar tratamientos con inmunoterapia específica además de evitar en lo posible el contacto con los alérgenos que las produzcan, dependiendo de la gravedad de los síntomas y de la disposición de los propietarios del perro para que el seguimiento del tratamiento sea el adecuado.

Los tratamientos sintomáticos de dermatitis alérgica incluyen la utilización de corticoides sistémicos o tópicos, ciclosporina y oclacitinib. También se utilizan otros productos menos eficaces o cuya eficacia no ha sido tan contrastada como antihistamínicos, dextrometorfano, ácidos grasos, interferón omega felino, misoprostol, pentoxifilina, inhibidores específicos de la serotonina y antidepresivos tricícilicos. En todos los casos, los tratamientos se deben revisar de forma periódica y adaptarse individualizadamente a cada paciente.

Una evolución satisfactoria a largo plazo de un animal que sufre dermatitis canina se suele conseguir solo mediante la combinación de varios protocolos de tratamiento, de forma que se maximicen los beneficios de cada uno de ellos y se minimicen sus desventajas.

*Saridomichelakis MN, Olivry T. An update on the treatment of canine atopic dermatitis. Vet J. 2015 Sep 16. pii: S1090-0233(15)00386-X. doi: 10.1016/j.tvjl.2015.09.016.